El pasado miércoles por la noche, un niño de ocho años cuyos padres no habían ido a recogerle a la escuela, pidió a unos agentes de policía si podían acompañarle a casa. Cuando los agentes, que accedieron a la petición del menor, llegaron, encontraron una escena macabra.
Los agentes fueron con el pequeño hasta su casa en el sureste de Houston (Texas), y cuando abrieron la puerta encontraron a la pareja muerta. La mujer, aparentemente, presentaba golpes contundentes por todo su cuerpo y heridas en el cuello y estaba en el suelo en el comedor.
Al hombre lo encontraron colgado en la sala de juegos. Las autoridades investigan este hecho como un homicidio-suicidio: es decir, el hombre -y padre de la criatura- golpeó a su mujer (y madre del niño) hasta la muerte, y posteriormente se suicidó por ahorcamiento.
Las víctimas no han sido identificadas, pero se hizo público que la mujer tenía 34 años y el hombre tenía 54. El menor, por su parte, fue puesto bajo el cuidado del Servicio de Protección de Menores del Condado Harris. Por su parte, el forense deberá averiguar la causa exacta de la muerte de los dos progenitores.