Un crimen aberrante conmocionó la ciudad de Goiânia (Brasil) en los últimos días. João Henrique Aguiar, un joven de 22 años fue detenido acusado de asesinar a Roberto Pávia, un arquitecto de 64 años de manera macabra.
Y es que Henrique utilizó la cabeza de la víctima para intentar engañar al sistema de seguridad por reconocimiento facial de una aplicación bancaria. El terrible caso implica asesinato, fraude e intentos de transferencias financieras.
EL BANCO SANTANDER ALERTA
Según la Policía Civil, la tragedia comenzó cuando el Banco Santander notó un comportamiento sospechoso por cuenta de un hombre, que era titular de una cuenta en la entidad.
El equipo de Seguridad Corporativa de la entidad notó varios intentos de operaciones digitales en la cuenta del cliente, incluido el registro de Biometría Facial. Sin embargo, al comprobar las fotos enviadas, quedó claro que se trataba de una persona aparentemente muerta.

Como consecuencia, el banco avisó inmediatamente a las autoridades policiales, que comenzaron a investigar el caso. El sospechoso, identificado como João Henrique, fue detenido el lunes pasado, en el sector oeste de Goiânia.
Inicialmente, intentó mentir sobre su identidad, pero los agentes de seguridad pronto descubrieron su verdadera identidad e identificaron que era sospechoso de otros delitos, como el robo y la malversación.
DESCUBRIMIENTO MACABRO
Durante la detención, la policía trasladó a João Henrique al piso de la víctima, acompañado de un conserje del edificio donde se produjo el crimen. Cuando llegaron al lugar de los hechos, encontraron las llaves y la puerta cerrada.
Después de forzar la puerta de la suite, hicieron un macabro descubrimiento: el cuerpo del anciano estaba en el baño, con un crucifijo en la mano y una cuerda en el cuello. La Policía Civil reveló que esta escena fue falsificada por el sospechoso en un intento de simular un suicidio.
CONFESIÓN DEL ASESINO
Los agentes afirmaron que, después de localizar el cuerpo, João Henrique confesó haber cometido el crimen. Además, admitió haber hecho intentos de transferencias vía PIX a su cuenta bancaria personal, por un total de más de 60.000 R$, con la tarjeta de la víctima.
El sospechoso también reveló que gastó aproximadamente 4.000 R$ en la compra de artículos como relojes y teléfonos móviles.

Según las investigaciones, el joven también confesó que, después de hacer las compras, volvió al lugar del crimen para simular encontrar el cuerpo del hombre y llamar a la policía, alegando un presunto suicidio.
El caso es tratado como un homicidio calificado y fraude bancario, y el sospechoso permanece bajo la custodia de las autoridades. La ciudad de Goiânia se muestra perpleja por la brutalidad del crimen y la audacia del delincuente al intentar utilizar el cuerpo de la víctima en beneficio propio, revelando un escenario que pone de manifiesto la importancia de la seguridad en las transacciones bancarias y la lucha contra la ciberdelincuencia.
Las investigaciones continúan para intentar esclarecer todos los detalles de este crimen que sacudió la comunidad local, mientras la familia de la víctima busca justicia y respuestas por el trágico suceso.
UN JOVEN PROSTITUIDO
Según ha podido saber la policía João Henrique Aguiar Soares, de 22 años, se prostituía para ganar dinero y aquel día fatídico Roberto Paiva fue su cliente. Según la Policía Civil, el chico se hizo selfies en casa del arquitecto después del asesinato.“Iba a lugares buenos, podía encontrar pareja, alguien con quien quedarse toda la vida, tenía una situación financiera inteligente y controlada... Desgraciadamente, el mundo es muy perverso, es muy cruel, así que pasó esta fatalidad”, dijo Márcia, la hermana del arquitecto.