Un segundo intento de atentado contra Donald Trump, ha vuelto a poner la seguridad del expresidente y candidato republicano en el punto de mira, a solo 50 días de las elecciones presidenciales.
Los hechos tuvieron lugar ayer en Palm Beach, Florida, mientras Trump jugaba a golf en su club privado.
Un hombre armado, identificado como Ryan Wesley Routh, de 58 años y residente en Hawaii, fue detenido después de que un agente del Servicio Secreto lo descubriera apuntando con un fusil de asalto AK-47 desde la valla que rodea al club.
El atacante, que había viajado anteriormente a Ucrania para luchar en la guerra y había sido condenado anteriormente por tenencia ilegal de armas, huyó inicialmente del lugar de los hechos, pero fue arrestado poco después gracias a las fotografías de un testigo.
Routh, un crítico de Trump pero también de Joe Biden y Kamala Harris, se encuentra ahora bajo custodia mientras el FBI continúa investigando sus motivaciones.
Un aumento de la seguridad insuficiente
Pese a que la Casa Blanca ya había reforzado la seguridad de Trump tras un primer intento de asesinato en Butler, Pensilvania, el nuevo ataque demuestra que el expresidente continúa vulnerable.
En Butler, el atacante fue abatido, mientras que esta vez Routh ha sido detenido y será interrogado para aclarar sus motivos.
Entre las preguntas que se amontonan están como sabía la localización exacta de Trump o de dónde sacó el AK-47 de origen ruso con el que intentó el ataque.
Reacciones políticas y conspiraciones
Este incidente ha generado múltiples reacciones en el panorama político norteamericano.
Kamala Harris y Joe Biden condenaron el ataque, con Harris destacando que “la violencia no tiene cabida en Estados Unidos” y Biden ofreciendo más recursos para reforzar la seguridad de Trump.
En cambio, algunos sectores republicanos, como Elon Musk y la congresista Marjorie Taylor Greene, han insinuado que hay una conspiración orquestada por la izquierda para eliminar a Trump, una teoría que, a pesar de su falta de pruebas, está ganando fuerza entre parte de sus seguidores.
Impacto electoral
El intento de asesinato puede tener repercusiones en las encuestas, que hoy por hoy mantienen Kamala Harris y Trump en una ajustada carrera por la presidencia.
A pesar de la atención mediática, la campaña de Trump aún no se ha pronunciado oficialmente, más allá de un correo electrónico enviado a sus seguidores informando de que el expresidente estaba bien.
Resta por ver cómo este hecho, junto con el reciente debate entre Harris y Trump, afectará al desenlace de una de las campañas electorales más tensas e imprevisibles de los últimos años.