Un hombre de Chicago acusado de haber abatido a una niña de 9 años con su arma durante el fin de semana pasado, ha sido acusado de homicidio en primer grado y un juez ordenó este martes su detención sin fianza. Un nuevo episodio que aviva el debate sobre la libertad de posesión de armas en Estados Unidos.
Michael Goodman, de 43 años, se acercó a un grupo de niños que caminaban por la acera del otro lado de su calle hacia las 21:40 h del sábado pasado.
El padre de Serabi oyó alboroto, vio que era Goodman quejándose del ruido que hacían los niños y gritó a Serabi que cogiera la moto de juguete y que volviera a casa inmediatamente.
Serabi obedeció inmediatamente a su padre y volvió a su casa. Sin embargo, en su trayecto, su padre y el grupo de amigos con los que estaba vieron cómo Goodman se distanciaba de su bloque de apartamentos y, arma en mano, se cruzaba con la pequeña. Se dirigió hacia ella y se apuntó el arma.
A Serabi Medina, de 9 años, le disparó en la cabeza, ante la presencia de sus amigos y ante la mirada impotente del padre de la niña y sus vecinos, explicaron los fiscales durante una audiencia este martes.
EL PADRE DE LA NIÑA EVITÓ UNA TRAGEDIA MÁS GRANDE
El acusado, que se había quejado de que los niños del barrio hacían ruido, fue abordado por el desesperado padre de la niña, que presenció impotente el tiroteo.
"Salvó a otras personas porque sólo Dios sabe qué pretendía hacer aquel monstruo aquella noche, cuántas vidas tenía que quitar y si no fuera por el padre de Serabi, podrían haber sido muchas más", dijo una familiar, Angee Gonzalez Rodríguez.
La causa de la muerte de Serabi fue una herida de bala en la cabeza, y la forma de muerte fue calificada de homicidio, según los resultados de la autopsia. La pequeña murió al instante sin que los médicos pudieran hacer nada.
Durante la pelea y el forcejeo con el padre de Serabi, el asesino recibió un disparo por encima de su ojo izquierdo. Aunque este fin de semana había estado en el hospital en estado crítico, tuvo más suerte que la niña y, Goodman se presentó al juzgado en persona el martes ante la jueza del condado de Cook Kelly Marie McCarthy.
UN VIEJO CONOCIDO
El sospechoso Michael Goodman, de 43 años, era un viejo conocido de la policía de Chicago por sus fechorías. Sin embargo, su abogado defensor de oficio había pedido una fianza razonable, ya que no tenía antecedentes penales y ocupaba un trabajo como programador informático.
Los vecinos dijeron que Goodman se había quejado de que los niños hacían demasiado ruido antes e incluso se había enfrentado al padre de Serabi por el ruido antes del tiroteo. Serabi, que se decía con el apodo de "Bibi", tenía muchas ganas de volver a la escuela y empezar cuarto de primaria este otoño.
VELATORIO POR SERABI
Muchos de los seres queridos de la niña se reunieron para un velatorio el lunes frente a la casa de la familia Portage Park, donde han erigido un monumento conmemorativo en la calle desde el fin de semana. Una montaña creciente de animales de peluche y girasoles se ha colocado en honor a la pequeña Serabi cerca de la escena del tiroteo.
La familia de la joven había sido afectada por la violencia armada antes: la madre de Serabi, Blanca Miranda, de 29 años, fue asesinada a tiros en 2018. Los vecinos explicaron que la familia se trasladó a su apartamento de Portage Park poco después de su muerte.
En un comunicado, el distrito escolar de Chicago dijo: "Con mucha tristeza, estamos devastados por la pérdida de otra vida joven". "Los pensamientos y el pésame de toda la familia de las escuelas públicas de Chicago (CPS) están con todos los afectados por esta tragedia".