Una familia ha exhumado el cuerpo de un bebé poco después de haberlo enterrado después de que uno de ellos, mientras paseaba por la zona, asegurara haber oído llantos de dentro de la tumba.
El bebé fue enterrado un domingo, y el jueves siguiente, cuando un familiar fue a visitar el cementerio, llamó al resto de su familia asegurando que había oído a un bebé llorando.
La familia alertó a las autoridades y a los responsables del cementerio y decidieron exhumar el cuerpo del pequeño para comprobar su estado. Una vez abierta la tumba, el bebé no mostraba ninguna señal de vida, pero lo trasladaron a un hospital para comprobarlo.
Una vez en el centro sanitario, los médicos comprobaron que el bebé estaba muerto y la familia volvió a enterrarlo. Los hechos han sucedido en Honduras.
Estos hechos han provocado mucho revuelo en la zona. Algunos creen que el bebé podía haber estado vivo, pero que murió antes de que lo pudieran desenterrar; mientras que otros aseguran que los llantos podrían ser producto del mismo duelo.
Y es que algunos expertos aseguran que, a veces, durante las fases de duelo después de perder a un ser querido, hay personas que son incapaces de asumir la situación y empiezan a sentir estímulos que les hacen pensar que la persona aún está viva o, al menos, presente de alguna manera. Por este motivo, muchos creen que el familiar que lo oyó llorar realmente no lo oyó, sino que más bien fue cosa de su imaginación.
Otros, en cambio, defienden al familiar y creen que el niño podía haber sufrido algún tipo de episodio de catalepsia, una condición neurológica por la cual la persona que lo sufre presenta una rigidez extrema de sus músculos y queda temporalmente paralizada, sin poder hablar o moverse. Los médicos, sin embargo, no han confirmado esta teoría y mantienen que el bebé murió en el hospital después de un fuerte episodio de fiebre alta.