Como dijo Einstein la única cosa que es palpablemente infinita es la estupidez humana. Y así se explica la dramática trifulca de un australiano de 73 años que esperó un día entero antes de buscar atención médica porque no pudo recuperar tres pilas de botón que se había insertado dentro de la uretra.
Una vez en el hospital, dijo explicar médicos que los había puesto allí con
“propósitos de autogratificación”
y que no había sufrido problemas anteriormente. Pero al cabo de 24 horas, las pilas comenzaron a causarle un
“dolor moderado”
, además de estrecharle mucho el prepucio y provocar problemas con la orina.
PENIS NECROSAT
El doctor Brendan Akihiko Yanada, de Western Health en Victoria, dijo que el ácido de la batería se había filtrado y le causó necrosis, que es cuando el tejido empieza a podrerse. “Por lo que sabemos, este es el primer caso reportado de necrosis uretral con inserción de pilas de botón”, aseguró Yanada.
“Este caso demuestra los efectos perjudiciales que pueden causar las baterías de botón y la necesidad de una eliminación urgente para evitar lesiones de los tejidos y complicaciones a largo plazo”, avisa el médico.
“Las pilas de botón son corrosivas y la licuefacción y la necrosis de los tejidos se puede producir en dos horas”
, advierte Yanada.
La fasciitis necrotizante, también conocida como
“enfermedad come carne”
, es una afección rara y potencialmente mortal que puede suceder cuando se infecta una herida. El Royal College of Surgeons de Inglaterra calcula que se producen alrededor de 500 casos en el Reino Unido cada año.
CASO CLÍNICO
Este último caso impactante ha sido recogido por la publicación médica
Urology Case Reports
. Según explica, los médicos encontraron que la uretra del hombre se había manchado de negro por el ácido las baterías.
Primeramente, los médicos intentaron sacar las baterías con pinzas y otros instrumentos quirúrgicos, pero ante el dolor insoportable que sufría el paciente, el procedimiento fue abandonado.
Finalmente, el paciente fue sometido a anestesia general y los médicos pudieron extraer las pilas de botón con éxito, pero descubrieron que estaban rodeadas con una sustancia
“parecida a alquitrán negro”
.
Le administraron antibióticos durante dos semanas y recibió el alta al cabo de tres días después de recuperarse de la operación. Pero a los 10 días tuvo que volver al hospital después de que su pene se hubiera inflado y le empezara a aparecer en la uretra.
Operaron de nuevo el órgano, encontrando una sección de 8 cm de tejido muerto en el eje que debía extirparse. Se le desaconsejó la reconstrucción del pene por la complejidad de la lesión y le pusieron un catéter para ayudarle a orinar.
