Las autoridades han identificado a Patricia Kopta, una mujer que desapareció hace 30 años en Estados Unidos, viviendo en una residencia para personas mayores de Puerto Rico. El caso ha dado la vuelta al mundo porque es una de las desapariciones más largas que se han podido solucionar.
Patricia vivía en el estado de Pensilvania, en Estados Unidos, hasta que en 1992 desapareció en su ciudad, Pittsburgh. Su familia denunció su desaparición, pero nunca más supo nada de ella hasta ahora. 30 años después, Patricia ha sido localizada viviendo en una residencia de ancianos de Puerto Rico.
Todo se ha podido resolver porque la mujer, que padece demencia, empezó a explicar cosas de su vida pasada, un hecho que llamó la atención de los trabajadores de la residencia, que se pusieron en contacto con las autoridades porque hasta ese momento la mujer nunca quiso explicar de dónde era.
En 1992, cuando Patricia desapareció, su marido, Bob, denunció su desaparición, que se catalogó como una desaparición voluntaria. "Una noche llegué a casa y se había ido. Nadie sabía dónde estaba", ha explicado su marido.
Su mujer sufría algún tipo de problema de salud mental, e incluso había paseado por las calles diciendo que había visto a la Virgen María y que el fin del mundo estaba a punto de llegar. Por este motivo, Patricia temía que algún día la internaran en algún centro de salud mental y llegó a amenazar con que se marcharía. Finalmente, así lo hizo.
Bob sabía que Patricia siempre había querido vivir en algún país tropical, como Puerto Rico, e incluso contactó con medios regionales después de que su mujer desapareciera para publicar la noticia, pero no tuvo suerte y nunca la encontró.
Ahora, 30 años después, Patricia podrá reencontrarse con su familia después de 30 años. La mujer ingresó en la residencia en 1999, pero nunca quiso decir de dónde era hasta que la demencia hizo acto de presencia.
Las autoridades han confirmado su identidad gracias a una prueba de ADN comparada con la de su hermana, Gloria, que asegura que no "se esperaban" encontrarla a estas alturas.