Una mujer sufrió el ataque de uno de sus perros, que le arrancó medio brazo y le destrozó la otra mano, pero no pidió ayuda porque tenía miedo de que los servicios sociales le quitaran el animal.
Los hechos sucedieron el viernes pasado en la ciudad argentina de Córdoba, donde la mujer vive en malas condiciones higiénicas y hacinada con unos cincuenta animales.
Dos de sus perros empezaron a pelearse alrededor de la una de la madrugada, momento en que la mujer, de 66 años, intentó separarlos. En ese instante, uno de los perros se revolvió y la atacó, arrancándole medio brazo y destrozándole la otra mano.
La víctima no pidió ayuda y vivió durante dos días con las graves heridas sufridas, hasta que el domingo, muerta de dolor, la mujer no pudo aguantar más y contactó con algunos vecinos para que la ayudaran.
Cuando los vecinos fueron a su casa para ayudarla, se encontraron con una escena dantesca, con la mujer sin el antebrazo izquierdo y con la mano destrozada, además de otras heridas. Ella, lo único que pedía era "que no le quitaran los perros".
Rápidamente, los vecinos llamaron a los servicios de emergencia, que atendieron a la mujer y la trasladaron a un hospital, donde quedó ingresada. El director del centro explica que ahora la mujer "está bien, pero tiene una enorme lesión en el brazo derecho, desde el codo hacia abajo, con pérdida de la mano, del músculo y con el hueso expuesto".
Además, en el otro brazo presenta "heridas múltiples, con pérdida de sustancia", lo que podría hacer que también tuvieran que amputarle.
La Policía, que acudió a casa de la mujer para corroborar su versión, se encontró con decenas de animales en condiciones lamentables. Concretamente, encontraron 15 gatos, 15 perros, algunos de ellos cachorros; gallos, gallinas, animales de consumo e incluso conejos.
El perro que atacó a la mujer fue trasladado a un instituto veterinario para mantenerlo en observación y ahora se estudia qué hacer con el resto, ya que las autoridades consideran que, aunque la mujer rescataba animales abandonados, las pésimas condiciones los convertían en víctima de maltrato animal.