La conocida marca italiana Campagnola afronta un proceso de recorte que puede dejar fuera a cerca de 120 empleados, casi el 40% del personal, en un intento de detener la deriva económica de los últimos años y afrontar una situación de liquidez crítica.
Según fuentes del sector, la compañía acumula más de 24 millones de euros de pérdidas entre 2023 y 2025, un periodo en el que el mercado ciclista ha retrocedido después del boom de la pandemia. El exceso de stock y la caída de los márgenes han golpeado especialmente a los fabricantes tradicionales, que se encuentran con estructuras de costes difíciles de sostener.
La dirección admite que la tesorería actual no permite mantener la estructura vigente. El plan propuesto pasa por reducir la actividad en Vicenza y reforzar la planta de Rumanía para equilibrar gastos.
El programa de reestructuración se ha compartido con entidades bancarias y posibles socios industriales, mientras sindicatos y administraciones locales reclaman más información ante el impacto laboral y el valor simbólico de una marca histórica. El contraste es notable en un año de grandes avances tecnológicos: el regreso al WorldTour con Cofidis, el lanzamiento del Super Record Wireless de 13 velocidades y el desarrollo de un sistema sin cables más asequible que busca ampliar la presencia en el mercado.
La dirección defiende que el futuro pasa por ajustar costes, consolidar la actividad industrial y acelerar la innovación.