Lo que debería ser un lugar de culto y de paz se ha convertido durante estas semanas en un espacio de vandalismo. Así lo describen los familiares de los difuntos que descansan en el Cementerio Municipal de Vila-seca, quienes, día sí, día también, denuncian el robo de diversos elementos de los nichos.
Flores, jarrones y placas de cobre, plata y bronce son robadas por personas aún sin identificar. "Hoy he ido al cementerio a visitar a mi padre y mi sorpresa ha sido cuando he visto que habían robado los jarrones de hierro del nicho. Esto es vergonzoso", menciona uno de los familiares. "Visitamos el nicho de mi abuelo y le faltaban dos placas dedicadas que estaban detrás del cristal, cerrado con llave. Lo mejor fue cuando las vimos colocadas en otro nicho", explica otro.
Los usuarios piden al Ayuntamiento que aumente la vigilancia y ponga medidas para acabar con estos actos.
