La instalación de cámaras de videovigilancia en las zonas conflictivas de Vila-seca fue una propuesta del Partido Popular del municipio en 2016. Ahora, en 2018, el alcalde Josep Poblet ha aprobado la instalación de cámaras en localizaciones no problemáticas, en la zona del Castillo y en la zona educacional.
Jordi Camarasa, portavoz del PP de Vila-seca, asegura que se sienten "engañados" porque "los acuerdos no han sido completos por parte del equipo de gobierno". En 2016, el gobierno se comprometió a la instalación de cámaras de videovigilancia en las zonas con problemas de inseguridad, pero ahora se instalarán en zonas "que no necesitan la vigilancia". Camarasa señala que "a la zona del Castillo no le hace ninguna falta, los vecinos no lo reclaman; en cambio, en el barrio de la Formiga se han sufrido varios robos durante este 2018".
Camarasa explica que desde el equipo de gobierno en 2016 se les preguntó ideas de su partido para el presupuesto municipal de aquel año y ellos presentaron tres: la instalación de diez aparatos de cardioprotección en diferentes edificios municipales -que se puso en funcionamiento el año pasado-, una zona más de recreo en el Parque de la Torre d'en Dolça -que no se ha llevado a cabo- y la instalación de cámaras de videovigilancia en las zonas con problemas de inseguridad. Entonces, en aquel momento el equipo de gobierno dio el visto bueno y se comprometió con estas propuestas pero, en un período de un año, solo una se ha cumplido -la de los desfibriladores- y la otra -la de las videovigilancias- se ha aprobado de una manera no correcta.
El concejal popular explica que también pidieron cámaras de videovigilancia en las zonas rurales "para evitar robos, pero desde el Gobierno municipal también lo han obviado". En este caso, los miembros de la Cooperativa Agrícola de Vila-seca deberían ser los que dieran las localizaciones más inseguras. Pero, Camarasa declara que sobre este tema tampoco saben nada porque, de momento, el Ayuntamiento no ha contado con este tipo de cámaras.