Los vecinos y vecinas de los edificios conocidos como las “Casas de colores” del barrio de Campclar de Tarragona han decidido dar un paso más y estudian presentar una denuncia contra la Agencia de la Vivienda de Cataluña por la dejadez de los edificios y la falta de intervención ante una situación que califican de “insostenible”. Según explican, se trata de un conjunto de más de 400 pisos, de los cuales más de la mitad serían propiedad del Incasòl y algunos de entidades bancarias.
Los residentes aseguran que viven rodeados de **problemas de inseguridad, insalubridad y degradación**, y que hace casi una década que intentan obtener soluciones por parte de las administraciones sin éxito. “Tenemos un cúmulo de problemas relacionados con la insalubridad, la inseguridad y la deficiencia de espacios públicos que nos privan de nuestro derecho a tener una vida digna”, denuncian en el comunicado de prensa hecho público este jueves.
“Los pisos abandonados se llenaron de okupas y nadie hizo nada”
Una de las portavoces del vecindario, Carmen Martos, ha explicado a la ACN que no entienden “por qué el Incasòl dejó tanto tiempo los pisos vacíos”. Según los residentes, si las viviendas públicas se hubieran adjudicado correctamente, no se habrían producido las ocupaciones que ahora afectan gravemente a la convivencia. “Hay escaleras y zonas comunitarias totalmente destrozadas, y si no fuera por nosotros, todavía estarían peor”, añaden.
Los vecinos relatan que conviven con ruidos, gritos y destrozos constantes y que la situación ha llegado a un punto límite. “Se está deteriorando de tal manera que parece que haya un interés para que nos vayamos. Si quieren que nos vayamos, que nos paguen una indemnización por el valor de los pisos, pero nosotros nos queremos quedar”, ha espetado Martos.
Reclamaciones a la Generalitat y al Ayuntamiento
Según denuncian, hace años que reclaman una actuación coordinada de la Generalitat, como propietaria de los espacios públicos, y del Ayuntamiento de Tarragona, que los ha puesto en contacto con la Agencia de vivienda, pero sin obtener respuestas efectivas. “Queremos que se nos escuche y que nos ayuden a rehabilitar las deficiencias que tienen en sus propios pisos, que nos perjudican a los que llevamos viviendo allí toda la vida”, subraya Martos.
En el comunicado, los vecinos recuerdan que “esta situación ha durado mucho tiempo” y que exigen que las administraciones “pongan remedio con las herramientas que tienen a su alcance”. También remarcan que pagan impuestos como todo el mundo y que, por lo tanto, “tenemos derecho a vivir dignamente”.
Problemas estructurales y de insalubridad
Los vecinos explican que la red de alcantarillado y la distribución de agua presentan graves deficiencias: tuberías rotas, malos olores y proliferación de ratas, agravadas por la falta de mantenimiento y los destrozos provocados por algunas ocupaciones. “Todos estos problemas dañan la imagen de nuestro barrio”, afirman, y lamentan también la presencia constante de grafitis y suciedad.
En abril, la Agencia de la Vivienda anunció una rehabilitación de 338 pisos de Campclar por un valor de 7,2 millones de euros, financiados principalmente con fondos Next Generation y aportaciones de la Generalitat. Las obras incluyen el aislamiento térmico de fachadas y cubiertas, así como la sustitución de ventanas. Sin embargo, los vecinos consideran que esta inversión es insuficiente y mal dirigida.
Además, critican que en los pisos donde se actuará también viven okupas, y que las mejoras “no solucionarán los problemas estructurales ni de convivencia”.
“No somos ciudadanos de segunda”
Los residentes insisten en que no buscan conflicto con ninguna administración, sino respuestas concretas. “No queremos problemas con nadie, solo soluciones”, remarcan. Reclaman que la Generalitat “deje de tratarnos como ciudadanos de segunda categoría” y haga las inversiones necesarias para garantizar la seguridad y la dignidad de quienes viven allí.