Rutas fotográficas con móviles y talleres de cocina, de relajación y de uso de los parques biosaludables son algunas de las actividades que se han llevado a cabo los últimos meses en diferentes pueblos de menos de 2.000 habitantes de la demarcación de Tarragona, con la coordinación de investigadoras de la Universidad Rovira i Virgili.
En concreto, estas actividades, que tienen por objetivo mejorar el estilo de vida (alimentación, actividad física y calidad del sueño) de las personas de entre los 60 y los 75 años, forman parte del proyecto 'Pueblos vivos y activos. Territorio equilibrado e innovador', que lucha contra la despoblación de las áreas rurales a través de la innovación social y la especialización inteligente.
A su vez, este proyecto es una de las actuaciones incluidas en los PECT (Proyectos de Especialización y Competitividad Territorial), un conjunto de iniciativas impulsadas por los agentes del territorio y lideradas por las entidades públicas locales (ayuntamientos, consejos comarcales y diputaciones). El objetivo de estas operaciones es la transformación económica y social del territorio y tienen un fuerte componente de innovación. Este PECT está cofinanciado por la Generalitat y la Diputación de Tarragona y se enmarca en la estrategia para la especialización inteligente RIS3CAT y en el programa operativo FEDER de Cataluña 2014-2020, objetivo de inversión en crecimiento y ocupación.
En el caso de este proyecto, liderado por las investigadoras Elisabet Llauradó, Lucía Tarro, Anna Pedret y Rosa Solà, del Grupo de Investigación en Nutrición Funcional, Oxidación y Enfermedad Cardiovascular de la URV, la innovación radica en la co-creación. "Son los mismos participantes los que diseñan actividades centradas en la mejora de los estilos de vida, ajustados a sus intereses y motivaciones", explica Elisabet Llauradó. Este tipo de investigación de ciencia ciudadana pone al participante como actor principal de las actividades y de la evaluación de las mismas para decidir si han sido o no acertadas. Poner a las personas en el centro es un factor clave de la investigación, porque se consiguen intervenciones adecuadas a las necesidades y evitan las barreras de los participantes para vivir más felices. "La forma de mejorar el estilo de vida es con ellos y para ellos de acuerdo con su experiencia y creatividad para encontrar nuevas soluciones y conseguir un envejecimiento saludable", constata Rosa Solà.

El taller de cómo utilizar los parques biosaludables en Maspujols
Así, esta intervención ha constado de una charla de alimentación, un taller de cocina, una ruta fotográfica con móviles, un taller de relajación, un taller de cómo utilizar los parques biosaludables y, por último, la visita a las escuelas rurales para explicar a los alumnos cómo se alimentaban ellos cuando eran niños y qué alimentos utilizaban con más frecuencia.
Las personas de entre 60 y 75 años, llamadas grandes-jóvenes, forman un grupo de población que sufre muchos cambios, tanto por el nuevo rol en la sociedad, ya que pasan de la actividad laboral a la jubilación, como por las alteraciones corporales y metabólicas a causa de la edad. "Esto hace que estén en un momento clave para mejorar los estilos de vida y encarar la última etapa de la vida con el máximo bienestar posible", según afirman las investigadoras.
Antes de iniciar el proyecto para conocer el estado de las diversas variables clínicas se hizo una encuesta entre los participantes sobre su estilo de vida y se les tomaron diferentes medidas antropométricas (peso corporal, altura, perímetro de cintura, fuerza y función muscular). Después de hacer las actividades de la intervención, se repite la encuesta a los participantes en el proyecto y se les vuelven a tomar las medidas corporales para comprobar si la intervención cocreada ha mejorado aspectos de su estilo de vida, resultados que se analizan este mes de septiembre.

Ruta fotográfica con móviles en Vilanova d'Escornalbou
Los pueblos participantes son Vilanova d'Escornalbou, Maspujols, Masroig, Vilalba i els Arcs, Masdenverge, Botarell, Pinell de Brai, La Fatarella, El Montmell, L'Aleixar, Bot, Caseres, Horta de Sant Joan y la Pobla de Massaluca. Hay siete pueblos que han participado como grupo intervención, es decir, han participado en las actividades cocreadas, y siete más a los que sólo ha habido las evaluaciones inicial y final, para poder comparar entre los pueblos que han recibido la intervención y los que no y, por tanto, tener resultados más fiables.
El último trimestre de 2023 habrá una exposición final de las fotografías realizadas en todas las rutas fotográficas de los siete pueblos de estudio, que habrán servido para incentivar la actividad física y las emociones que generan bienestar de los participantes a través de una herramienta cotidiana como es el móvil para descubrir rincones de su entorno que a menudo pasan desapercibidos. Será la oportunidad para hacer un cierre en el que los participantes valorarán la experiencia y los investigadores explicarán los principales resultados y conclusiones del proyecto.