La reestructuración de la banca, con el cierre de oficinas, los despidos de personal y la expansión de la digitalización, ha modificado el servicio que ofrecen las entidades financieras, con un sistema de funcionamiento que margina a las personas con dificultades para usar las nuevas tecnologías, especialmente a los pensionistas. El servicio personalizado se ha reducido completamente en las sucursales bancarias hasta el punto de no ofrecer apoyo e instar a la ciudadanía a realizar sus gestiones a través del cajero automático o por internet.
En 2021, el 30% de las personas mayores de 55 años nunca ha utilizado internet y hasta un 70% no sabe instalar una app en el móvil. Además, casi la mitad de los mayores de 55 años no acredita ninguna habilidad informática y menos del 18% tiene habilidades digitales básicas. Las mujeres son las más vulnerables en este aspecto: el aprovechamiento de estos servicios esenciales baja hasta 8 puntos porcentuales respecto a los hombres.
Por otro lado, las políticas de exclusión social y territorial que ejecuta la banca, con el cierre masivo de sucursales y el despido de decenas de miles de trabajadores, repercuten también en un peor servicio a los ciudadanos, especialmente a los más vulnerables digitalmente, como nuestros mayores. Un 60% de las personas de 75 años nunca han utilizado Internet; y más de la mitad de las personas entre 65 y 74 años nunca envían o reciben un correo electrónico, ni saben usar un buscador de Internet para encontrar información.
UGT y CCOO consideramos que es hora de poner fin a esta desigualdad múltiple y facilitar la vida a la gente mayor, marginada de un mundo digital que muchas veces no está a su alcance. Por ello, es necesario que el Gobierno adopte medidas para evitar la exclusión de nuestros mayores en todos los ámbitos, incluido el digital.
UGT y CCOO exigimos poner en marcha, de manera inmediata, planes de alfabetización digital centrados en los colectivos donde se concentra la fractura tecnológica, implicar a todas las administraciones públicas, especialmente las entidades locales y diputaciones, y prestar una atención prioritaria al género y al hábitat rural. El financiamiento europeo debe ayudar a cumplir este objetivo, pero debe comenzar a fluir rápida y eficazmente, para llegar a la ciudadanía que necesita esta ayuda imprescindible. También reivindicamos la aplicación de la cuenta social a las personas vulnerables de todas las edades, ya que muchas entidades cobran un mantenimiento de 240€ anuales a pesar de que los ingresos mensuales son inferiores a 600€.
En este sentido, UGT y CCOO acudimos a diferentes entidades bancarias para expresar nuestras demandas durante el mes de mayo de 2021 y promovimos la presentación de una moción en diferentes ayuntamientos contra la restricción de los servicios bancarios que está afectando gravemente a la gente mayor.
Por ello, UGT y CCOO nos adherimos a la Plataforma por una banca digna para la Gente Mayor y participaremos en la concentración del 6 de marzo frente al antiguo Banco de España en Tarragona.