La presión asistencial en las comarcas de Tarragona está llegando a su punto máximo, situación que preocupa al Departamento de Salud. Ya se están aplicando los planes de contingencia que se habían aplicado durante la primera ola, como la suspensión de intervenciones quirúrgicas no urgentes con el fin de destinar al personal a atender a pacientes con covid, pero esto no es suficiente.
Este viernes, se registraron 83 pacientes ingresados en las UCI del Camp de Tarragona, 68 de los cuales con covid-19. Esta cifra supone el récord de ingresados por covid-19 en las UCI desde el inicio de la pandemia, superando los 67 ingresados que se registraron el 4 de abril durante la primera ola.
El director del Servicio Catalán de la Salud, Adrià Comella, ha admitido que el volumen de camas disponibles se va consumiendo y que hay que ir "con mucho cuidado porque esto tiene un límite". "Todavía hay cierta flexibilidad en el territorio, pero habrá que optimizar al máximo", ha apuntado en una rueda de prensa este viernes. A pesar de esta elevada presión asistencial, Comella ha añadido que, si la evolución de la pandemia compromete la capacidad en el territorio, se derivarían pacientes al hospital de Bellvitge, en L'Hospitalet de Llobregat. Esta operación, ha insistido, se enmarcaría en el movimiento de enfermos que ya existe "de manera asidua" entre los hospitales del país según las circunstancias.