Ante la situación en la que se encuentran los restauradores de la plaza de la Font a raíz del decreto del alcalde que prohíbe poner terrazas los días 19, 21, 22 y 23 de septiembre, hecho que ha motivado acciones de protesta -el cierre de los locales- y una denuncia en el juzgado contencioso administrativo, el portavoz del Grupo Municipal del Partido Popular de Tarragona quiere manifestar que:
"El Sr. Ricomà estaba a tiempo de rectificar. Esta mañana tenía ocasión de hacerlo en su rueda de prensa pero como ya hizo en plena pandemia, ha optado por abroncarles y tildar a los hosteleros de falta de empatía. Que, después de una situación durísima como la que el sector ha afrontado y de la que aún está sufriendo las consecuencias, las declaraciones del alcalde son un escándalo.
El decreto que emitió el alcalde la semana pasada restringe sus derechos. Aunque las medidas cautelares acaben solicitando la suspensión de este decreto, probablemente no llegarán a tiempo para evitar las cuantiosas pérdidas que habrá supuesto para todos los negocios y familias que tienen bares y restaurantes en la Plaza de la Font. Si la justicia declara nulo el decreto, probablemente el Ayuntamiento de Tarragona tendrá que indemnizar, como es lógico, por los ingresos que habrán dejado de percibir. En el caso de que la justicia dé la razón a los restauradores, el Grupo Municipal del Partido Popular de Tarragona exige que el Sr. Ricomà pague de su bolsillo estas indemnizaciones. Su negligencia, incapacidad gestora y falta de sensibilidad hacia un sector tan castigado no la tenemos que pagar todos los tarraconenses. Él es el único responsable.
Queremos expresar, como hemos hecho tantas veces y no nos cansaremos de hacerlo, todo nuestro apoyo al sector de la restauración tarraconense. Empezaron el mandato del gobierno Ricomà con una persecución inédita hacia sus negocios mediante una ordenanza que pretendía reducir sus terrazas. Después sufrieron la nefasta gestión compartida con la Generalitat de Cataluña, gobernada por su propio partido, que les ha dejado absolutamente abandonados y estigmatizados durante esta crisis sanitaria y económica. Y hemos llegado a unas Fiestas de Santa Tecla en las que vuelve a mostrar su ensañamiento con un sector que hace unos esfuerzos titánicos para sobrevivir y recuperarse. El Sr. Ricomà debe entender que es posible la convivencia entre la seguridad sanitaria y la actividad económica y que nuestros restauradores son un sector vital y una parte del alma de la ciudad, además de que dan un servicio imprescindible durante las Fiestas de Santa Tecla; unas fiestas que, por estos motivos y la pésima gestión de entradas, el Sr. Rocomà está consiguiendo cargarse".
