La CUP de Tarragona se muestra muy preocupada después de que recientemente se hiciera público el estudio del Centro de Tecnología Ambiental, Alimentaria y Toxicológica de la URV llevado a cabo en el Camp de Tarragona y Terres de l'Ebre. Este concluye que los picos de contaminación de determinadas partículas pueden estar detrás de un aumento de positivos de COVID-19 y que el Tarragonès es una de las zonas más afectadas, dada la presencia del complejo petroquímico más grande del sur de Europa.
El estudio apunta que los vecinos y vecinas que residen cerca del polígono podrían estar "en peores condiciones para afrontar la COVID-19, sufriendo la forma más letal, al ser infectados no sólo por el SARS-CoV-2, sino también por otras potenciales infecciones virales respiratorias".
Es por este motivo que la CUP considera aún más urgente llevar a cabo el estudio independiente de la calidad del aire y critica "la inacción y la desidia del gobierno de ERC y ECP hacia el cumplimiento de sus compromisos" tanto con la formación anticapitalista como con sus votantes. La consejera Laia Estrada recuerda que "el estudio de la calidad del aire es un acuerdo de investidura y de presupuestos y estamos a dos meses de acabar el año" y añade "que parece que ni la explosión de IQOXE el 14 de enero es suficiente para romper con la complicidad entre administraciones y la petroquímica".
En relación a la explosión en IQOXE, la CUP también exige que el Ayuntamiento de Tarragona dé cumplimiento a los acuerdos de la Declaración Institucional aprobada hace nueve meses. La CUP también destaca que justamente hoy debían comparecer ante la Comisión de Estudio de Seguridad del Sector de la Petroquímica del Parlamento de Cataluña dos representantes de la dirección de IQOXE. No será así, y la empresa ha decidido no enviar a ninguno de sus máximos responsables, hecho que la CUP califica "de extrema cobardía".