Endesa ha comenzado esta misma semana los trabajos para cerrar un anillo eléctrico en la zona residencial de Cala Romana, en Tarragona, con el objetivo de optimizar el servicio a más de 2.500 clientes de la ciudad. De este modo, a pesar del estado de alarma marcado por la crisis de la Covid-19 que vive el país, la Compañía sigue trabajando para incrementar y asegurar la calidad y la continuidad del suministro eléctrico.
Así, se está trazando una nueva línea subterránea de media tensión de 300 metros que enlazará tres centros de transformación diferentes y mallará una potencia instalada de 14.075 kVA. De este modo, se crea lo que se denomina técnicamente un anillo eléctrico que, dicho de otro modo, posibilita que, en caso de incidencia o de indisposición de una de las líneas principales, se pueda dar servicio a los clientes afectados por una vía alternativa (recuperando más rápidamente, por tanto, la potencia y los clientes).
Además, está previsto que los trabajos, que suponen una inversión total de 37.000 euros, se completen con la reforma de uno de los centros de transformación afectados. La operativa supone una mejora sustancial en la seguridad de esta unidad, ya que se sustituyen las tradicionales cabinas por unas nuevas encapsuladas, con un gas de características especialmente aislantes. Esta nueva tecnología tiene una mayor capacidad de extinción en caso de que se produjera algún incidente y son más seguras para los técnicos, cuando tienen que entrar en el centro de transformación a realizar trabajos de mantenimiento y mejora o a realizar alguna maniobra.
Esta reforma, que pertenece al plan de inversiones de este año de la Compañía, supone un paso más para dotar a la red del Tarragonès de los últimos avances tecnológicos con el objetivo de dar una respuesta adecuada a las especificidades del territorio y a las necesidades de su mercado.
