El nuevo aparcamiento disuasorio en la calle Guillem Oliver de la ciudad de Tarragona es una realidad. El aparcamiento está situado detrás del hospital Joan XVIII con una superficie total de 1,5 ha y que entra en funcionamiento a partir de este miércoles.
Habrá hasta 388 plazas de las cuales 8 serán destinadas a personas con movilidad reducida y que responde a la demanda del aparcamiento público de la zona si no que también de la futura ciudad judicial. También los vehículos eléctricos contarán con cargadores en el aparcamiento.
El alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales ha destacado que "lo que nos han pedido sobre todo esta regulación del parking eran los vecinos que veían como había una saturación y una falta de rotación e iba contra la movilidad urbana sostenible".
Un coste reducido de un euro por día y en zona naranja que permitirá una mejor libre circulación. El subdelegado del Gobierno en Tarragona, Santi Castellà ha remarcado que "Tarragona es un ejemplo de la buena praxis que trabaja con la lógica de las bajas emisiones, de la descarbonización de la ciudad, de una movilidad más sostenible".
La empresa Izer Ingenieria i Economia SL, ha sido adjudicataria de las obras con un importe de 287.000 € con IVA excluido del cual el 90% financiado por los Fondos Next Generation.
El pavimento del aparcamiento es drenante y facilita que las aguas de la lluvia filtren en el suelo y que se pueda realizar la recuperación de los acuíferos. Se ha llevado a cabo una nueva canalización para conectarse con los canales que pasan por debajo del aparcamiento y que llevan las aguas de lluvia al río Francolí.
