Tarragona busca nuevo alcalde

27 de mayo de 2023 a las 18:37h

Aires de 2019 en Tarragona. Hace cuatro años, el gran duelo de las elecciones municipales de la ciudad era entre el PSC y ERC. Los socialistas ganaron por la mínima los comicios, pero la alianza de los republicanos con los Comunes, Junts y la CUP hicieron alcalde a Pau Ricomà. Con Josep Fèlix Ballesteros fuera de la primera línea política, parece que la alcaldía se volverá a decidir entre socialistas y republicanos. De momento, las encuestas apuntan a un PSC reforzado y una Esquerra que podría moverse en unos resultados similares a 2019.

No lo tiene fácil Pau Ricomà. A las complicaciones que ya ha traído el mismo mandato (pandemia o guerra de Ucrania) se suman polémicas como la Residencial, el Banco de España, la lucha por el contrato de la basura y el baile de sillas en el seno del ejecutivo. En este último ámbito, el gobierno que ha cerrado estos 4 años se parece poco al que los inició. Primero de todo, solo lo conformaban ERC y En Comú Podem, con previsiones de ampliarlo más adelante. La cuestión, siempre marcada por las tensiones nacionales, se dilató en el tiempo y, cuando finalmente se decidieron a incorporar nuevos partidos, todo saltó por los aires.

Los Comunes eligieron en asamblea no formar parte de un gobierno con “la derecha” de Junts y se marcharon del ejecutivo de Ricomà. Bueno, no todos. Hermán Pinedo escogió otro camino que su grupo municipal y se mantuvo como consejero de Patrimonio, originando la ruptura del mismo grupo. Después de la tormenta, el gobierno de Ricomà estaba conformado por ERC, CUP, Junts y Pinedo, que mantuvo el acta que había conseguido como miembro de la lista de ECP. Sin embargo, los Comunes han continuado con la mano tendida y han sido un socio indispensable para aprobar los presupuestos. También fue decisivo su voto para iniciar la licitación del nuevo contrato de basuras -el más importante del Ayuntamiento- en el último pleno del mandato.

Recuperar una plaza socialista

Por su parte, el PSC quiere aprovechar el desgaste que ha sufrido Ricomà y renueva su liderazgo para hacerle frente. El escogido ha sido Rubén Viñuales, actual diputado socialista en el Parlamento de Cataluña. Viñuales ya fue cabeza de lista en 2015 y 2019 consiguiendo una segunda y tercera plaza respectivamente. En aquellas ocasiones, sin embargo, lo hizo bajo las siglas de Ciudadanos.

Precisamente, su incorporación al frente de las listas municipales del PSC puede hacer retornar una buena parte de los votos de Ciudadanos, del cual se esperan unos malos resultados. Al contrario de lo que pasa en el resto de España, el electorado catalán de Ciudadanos provenía en buena parte de los socialistas y este 2023 quieren aprovechar la bajada naranja.

Además, Viñuales plantea una candidatura transversal con perfiles socialistas de piedra picada y otros de independientes como Montse Adan. La número 2 del PSC ha sido hasta ahora directora de Puerto-Ciudad en el Puerto de Tarragona y cuenta con raíces familiares en la antigua convergencia. De hecho, Junts la sondeó, pero Adan se decantó por el proyecto del puño y la rosa. En cuanto al resto de la lista, Berni Álvarez y Sandra Ramos se mantienen como fieles escuderos y el resto de posiciones tienen caras nuevas.

El alcalde Ricomà conserva en su núcleo duro a Xavi Puig, Mary López y Jordi Fortuny. Los republicanos también renuevan su número 2 con la incorporación de Maria Roig, programadora y creadora cultural. Además, añaden dos independientes más con Gemma Fusté como número 6 y el ingeniero Carles Farré como número 7. Fusté fue ocho años presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Levante. Su tarea será evitar una posible fuga de votos en el distrito hacia el PSC y Junts, que se pueden beneficiar de la sensación de opacidad sobre el proyecto de la Residencial.

En 2019, los republicanos ganaron en Levante con solvencia (27,5%), superando sin problemas a Junts (16,4%), Ciudadanos (16%) y el PSC (14,2%). No se trata de una zona especialmente propensa al voto socialista, pero en 2015 ya fueron capaces de ser la fuerza más votada por la mínima y el contexto actual les brinda la oportunidad de crecer electoralmente en Levante.

 

Compañeros de viaje de Ricomà 

Las dos formaciones que han estado dentro del gobierno de Ricomà cambian sus líderes. Por su parte, la CUP presenta a Eva Miguel como cabeza de lista, actual consejera de Medio Ambiente y Vivienda. Por otro lado, la situación de Junts per Tarragona es más compleja. El cisma del espacio postconvergente a mediados de 2020 separó el PDeCat y el sector de Puigdemont, que se agruparon en el partido Junts. Un hecho que se ha notado en el transcurso del mandato, pero que se agrava ahora, cuando toca conformar las listas para las municipales. De hecho, del actual grupo municipal de Junts per Tarragona, nadie es militante de Junts ni del PDeCat.

Junts presenta al histórico Jordi Sendra con el objetivo de volver al papel preponderante que en su momento tuvo este espacio en la ciudad. Su candidatura ha sido una de las que más se han hecho notar en esta campaña y esperan superar los 3 concejales del espacio hace cuatro años. De hecho, su equipo asegura que el crecimiento de Sendra estas dos semanas ha sido tan grande que se encontraría con opciones de ser la primera fuerza independentista del consistorio.

Aunque en su momento se sondeó la opción de incorporar a su candidatura el PDeCat, finalmente las negociaciones no llegaron a buen puerto y decidieron conformar otra candidatura. Como en la mayoría de los municipios de Cataluña, el PDeCat concurre bajo el paraguas de Ara Pacte Local y su cabeza de lista es Maria del Mar Giné. La candidatura se denomina Sí Tarragona y en estos comicios podría suponer una piedra en el zapato para las aspiraciones de Sendra.

Quien había sido el portavoz de Junts per Tarragona hasta ahora, Dídac Nadal, no va en ninguna de las dos candidaturas, pero, al igual que su padre, apoyan a Sí Tarragona. Cristina Guzmán, consejera de Seguridad, Ciudadanía y Protección Civil, tampoco se encuentra en ninguna lista. La única consejera del actual grupo municipal que se integra en una candidatura es Elvira Vidal, número 2 de Jordi Sendra.

Los aliados de Ricomà desde fuera del gobierno, En Comú Podem, también han hecho un cambio de caras. Carla Aguilar, cabeza de lista en 2019, dejó su acta de concejala entre acusaciones cruzadas con la dirección y la sustituyó Àngels Pérez en el tramo final de mandato. Sin embargo, Àngels Pérez no es la cara visible de la candidatura de los comunes, ya que perdió las primarias contra Jordi Collado. El exmiembro de ICV quiere que su formación vuelva a ser el árbitro a partir del 28M y dejar atrás un mandato lleno de curvas para los suyos. El empuje de Sumar en el Estado Español es una de las cartas que pueden jugar para mantener su fuerza. De hecho, Collado fue una de las figuras que habló en el acto de Yolanda Díaz en Tarragona. En cuanto a estas dos semanas, su caravana para "movilizar la alegría" ha sido una de las ocurrencias más destacadas de la campaña, donde han recibido el apoyo de personajes importantes del partido como Jéssica Albiach, Ernest Urtasun o Ione Belarra.

Sobrepoblación unionista

En busca del voto unionista hay hasta cuatro formaciones: Ciudadanos, PP, VOX y Valents. Seguramente demasiadas candidaturas para que puedan entrar más de dos. Además, el voto útil de la candidatura socialista de Viñuales no permitirá que todas las papeletas que en 2019 apostaron por aquellos partidos se queden en este espectro ideológico.

El PP espera que su tradición en el Ayuntamiento y el cambio de candidata espolee a los suyos. La tradición popular ha formado parte del consistorio desde 1983 y ha estado en gobiernos tanto con el PSC como con CiU. Maria Mercè Martorell, que estuvo en un ejecutivo con los convergentes, ha vuelto a las filas de los populares para encabezar la lista con polémica incluida. Por el camino, los populares han perdido a los dirigentes que hasta ahora estaban al frente en Tarragona. José Luis Martin y José Acero han saltado de una lista monopolizada por perfiles independientes. Una situación que ha creado tensiones dentro de la formación y muchos militantes han acabado dándole la espalda a su partido.

VOX es el otro partido junto con el PP que cuenta con más opciones para obtener representación, pero todavía es una incógnita la fuerza que tendrá. Aunque no se pueden comparar entre ellas, en las generales de 2019 alcanzaron el 10,16% y en las autonómicas de 2021 el 12,04%. En las estatales, los populares quedaron por encima del partido de derecha radical, mientras que en las catalanas fueron los voxaires los que se convirtieron en la fuerza españolista más votada. En ambos casos, Ciudadanos, que había tenido un fuerte peso en la ciudad, acusó su desgaste generalizado en todo el país.

La gran duda en su espacio: ¿hasta qué punto llegará la caída de Ciudadanos? Se trata de una situación que se repetirá en todo el Estado español. Ya hemos visto la bajada de los naranjas en las elecciones generales y en las autonómicas catalanas. El siguiente examen son las municipales, donde la actual consejera Lorena de la Fuente intentará salvar los muebles después de un mandato donde han ido perdiendo consejeros por el camino. De hecho, una de ellas, Sònia Orts, se integra en la lista del PSC como independiente. Finalmente, Valents quiere ser quien capitalice la pérdida del voto naranja y presenta a Robert Hernández como cabeza de lista.

En definitiva, todo apunta a que volveremos a un salón de plenos fragmentado. Quien acabe gobernando podría hacerlo incluso con un ejecutivo en minoría en el primer tramo del mandato. Por este motivo, ocupar la primera plaza puede ser fundamental para llegar a la alcaldía. Tal como marca el método de elección de los alcaldes, si ningún candidato obtiene el apoyo de la mayoría absoluta del consistorio, gobierna la lista más votada. En el baile de mayorías, el papel que desarrollarán partidos como Junts y En Comú Podem decantarán la balanza. En campaña, se ha acusado a Junts de tener un pacto con el PSC en Tarragona y la Diputación, a ERC de explorar un pacto con Junts en el territorio para asegurarse las alcaldías de Reus, Tarragona y la Diputación, y a ERC de Tarragona de apostarlo todo en una alianza con la CUP y los comunes, que probablemente no alcanzarán la mayoría. Un cruce de reproches que no se desvanecerán hasta el 17 de junio, cuando se elige al nuevo alcalde. Parece que todos tienen asumida la victoria de Viñuales, pero las alianzas serán quienes tengan la última palabra.

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Disseny sense títol (5)
Adrià Miró
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