Inés Solé y María José López, consejeras de Servicios Sociales y Personas Mayores del Ayuntamiento de Tarragona respectivamente, han presentado este miércoles el proyecto Comida en Compañía, una iniciativa que pretende dar respuesta al estudio sobre la soledad no deseada y el aislamiento social realizado en la Parte Baja, una de las principales conclusiones del cual es que un 58% de las personas mayores de 80 años que han formado parte de este estudio sufren aislamiento social.
La prueba piloto de Comida en Compañía se realizará en dos hogares municipales de personas mayores: el hogar Centre, en la calle Adrià, y el hogar municipal de personas mayores de Sant Salvador. La prueba se iniciará la primera semana de junio y se extenderá hasta diciembre, y tal y como ha avanzado la presidenta del Instituto Municipal de Servicios Sociales de Tarragona (IMSST), "Es una respuesta inicial a una realidad que se ha constatado a partir del estudio en la Parte Baja que Servicios Sociales ha realizado con la Cruz Roja, pero el objetivo es implantar una estrategia integral, que debe culminar con el local de la calle Nou de Santa Tecla, donde se ubicará el servicio de Personas Mayores y Dependencia, para combatir la soledad y la vulnerabilidad de un colectivo especialmente golpeado por la pandemia y la consecuente crisis económica".
A su vez, la consejera de Personas Mayores, María José López, ha querido destacar la "labor incansable de las unidades técnicas de Personas Mayores Activas y de Dependencias para mejorar la integración y la calidad de vida de las personas mayores". "Gracias a esta tarea y al trabajo conjunto con la fundación Formación y Trabajo, que se encarga de desplegar el proyecto, Comida en Compañía es ya una realidad que ayudará a muchas personas a incrementar la interacción social y la autonomía personal proporcionando una alimentación equilibrada en un espacio relacional normalizado".
Las dos consejeras han querido agradecer a Cruz Roja y la fundación Formación y Trabajo la implicación en el estudio y en el proyecto Comida en Compañía respectivamente y han destacado la colaboración entre la administración y el tercer sector, junto con una correcta financiación de los programas y servicios, como claves para llevar adelante una estrategia integral de protección y mejora de las condiciones de vida de las personas mayores.
Respuesta al problema del aislamiento social
Durante la presentación en el Hogar Municipal de Personas Mayores Centre, las consejeras han desgranado los detalles tanto del estudio en la Parte Baja como la puesta en marcha del programa Comida en Compañía.
Según ha explicado Inés Solé, "la Parte Baja fue el barrio elegido para hacer con Cruz Roja el estudio sobre la soledad no deseada porque es donde se había detectado que vivían una cantidad muy considerable de personas mayores de 80 años". El estudio, ha continuado, debía servir para hacer un diagnóstico de la situación y elaborar un plan de respuesta a la soledad no deseada entre personas mayores y, entre las primeras acciones, está la puesta en marcha de Comida en Compañía en el hogar Centre, que es actualmente el más cercano a la población de la Parte Baja; y el hogar de Sant Salvador, elegido por la situación de vulnerabilidad económica del barrio. Los dos hogares, además, tienen unas características de luz, dimensiones y ventilación que las hacen óptimas para desarrollar el proyecto.
La consejera de Personas Mayores, María José López, ha detallado que el IMSST ha firmado un convenio de colaboración con la Fundación Formación y Trabajo (FIT), que se encarga de la gestión de la prueba piloto del proyecto. Actualmente, la FIT lleva a cabo, en colaboración con el IMSST, el proyecto de Comedor Social de Tarragona "Taula Amiga" para la entrega social de comidas preparadas y alimentos frescos a personas en situación de vulnerabilidad social, derivadas por los servicios sociales del IMSST.
Comida en Compañía avanza hacia un modelo de comedor no asistencial y tiene valores añadidos adicionales a la cobertura de las necesidades alimentarias. Esta orientación implica un trabajo de promoción personal de la persona usuaria a través del contacto diario con iguales y una vinculación del proyecto al entorno, dándolo a conocer como recurso valioso para la comunidad y fomentando el voluntariado.
Las personas mayores que deseen comer en compañía podrán hacer la solicitud general en la OMAC. Deberán estar empadronadas en Tarragona, tener más de 65 años, y tendrán prioridad las personas de más edad. El servicio está dirigido a personas autónomas y sin impedimentos para poder relacionarse con el entorno.
La comida casera elaborada a diario se servirá en una mesa compartida de lunes a viernes no festivos. El comedor abrirá de 13 h y se cerrará a 15 h. Las personas que quieran quedarse en el hogar a hacer actividades, tomar café charlando o ver la TV, también podrán hacerlo. Se establece un precio social reducido de 4,5€ por comida.
Un estudio puerta a puerta para conocer la realidad de las personas mayores
Comida en Compañía responde a una necesidad ya detectada pero que el estudio elaborado con Cruz Roja corrobora con datos tangibles, a partir de una serie de entrevistas puerta a puerta a personas mayores residentes en la Parte Baja, una zona donde hay una fuerte presencia de personas mayores.
Una vez delimitada la zona de estudio, se consultó en el padrón municipal las personas de +80 años: 486 personas. El IMSST y Cruz Roja se propusieron que los resultados de la encuesta se pudieran considerar una muestra representativa, con un nivel de confianza del 95, un margen de error del 5%. Por lo tanto, el objetivo era conseguir un mínimo de 298 encuestas válidas (166 mujeres y 132 hombres). Durante los meses de junio a septiembre 2021, Cruz Roja realizó un puerta a puerta con un total de 317 encuestas, concretamente 197 mujeres y 120 hombres. Por lo tanto, se superó el umbral previsto.
Soledad no deseada es una experiencia subjetiva, un sentimiento que puede ser negativo si la persona experimenta una discrepancia cognitiva entre las relaciones que tiene y las que querría tener. Aislamiento social se puede definir como la falta, o existencia limitada, de relaciones interpersonales duraderas, la falta de red social estable. Responde a una realidad objetiva y medible, tanto en lo que se refiere al número de personas como al número o frecuencia de los contactos. Se puede medir conociendo la densidad de la red social de la persona. La escala más utilizada para cuantificarla es la escala de LUBBEN, que consta de 6 preguntas a partir de las cuales se obtiene un rango de puntuación del 0 a 30 puntos. El resultado indica la medida de la red social, en las dimensiones de familia y de amigos, y el grado de aislamiento social. Se considera que una persona está en situación de riesgo si la puntuación total es igual o inferior a 12, ya que indica que la persona está aislada socialmente.
A partir de este marco conceptual, se realizan 4 bloques de preguntas para determinar el grado de aislamiento social y de soledad no deseada. El bloque 1, a partir de la escala Lubben, determinó que de las 317 encuestas realizadas un total de 134 personas (un 42%) se considerarían integradas ya que puntuaron entre 12 y 30 en la escala. Por otro lado, un total de 183 personas (un 58%) estarían aisladas socialmente, ya que puntuaron por debajo de 12 en la escala. De estas, un 7% puntuaron por debajo de 6 en la escala.
El bloque 2 preguntaba sobre el sentimiento de sentirse acompañado. En principio, los resultados han sido positivos y para profundizar se ha buscado concretamente qué respondieron las 23 personas que puntuaron por debajo de 6 en el bloque. A pesar del aislamiento que sufren, parece ser que la percepción que tienen no es del todo negativa, ya que solo dos personas no se sienten nunca acompañadas y ninguna manifestó que no tenía nunca nadie con quien hablar a diario.
En los bloques 3 y 4 se preguntaba por la necesidad de recibir ayuda y por la ayuda que se recibe: para hacer la compra, para cocinar, para la limpieza o para la higiene personal. Un gran número de personas contestaron que les hace falta ayuda para las actividades de la vida cotidiana. La buena noticia es que muchas personas también contestaron que no les hace falta porque ya la reciben De las que contestaron que la necesitan solo se han identificado a 10 personas que manifiestan no tenerla, dos de las cuales manifiestan necesitar dos tipos de ayuda. Hay que tener en cuenta que de las personas que dicen necesitar ayuda y no tenerla, 6 tienen expediente Hesti, por lo tanto es posible que incluso tengan Servicio de Atención a Domicilio (SAD) y que sea una apreciación de la persona. Si consideramos estas 10 personas (a falta de revisar si tienen SAD), estaríamos hablando del 3,15% de personas que manifiestan no recibir la ayuda necesaria.
Garantizar la interacción social, clave de la política de personas mayores
En una siguiente fase se cruzaron las listas de la encuesta con las listas de las personas usuarias de SAD, teleasistencia y comidas a domicilio.
Aquí se puede apreciar que, de 23 personas con puntuación inferior a 6, 5 personas tienen SAD (21%); de 160 personas con puntuación entre 6 y 12, 70 personas no tienen expediente (43,75%), 13 personas tienen teleasistencia (8,12%) y 12 personas tienen SAD (7,5%). Finalmente, de 82 personas que no se localizaron, 44 no tienen expediente (53,66%).
En todo caso, a partir de este primer acercamiento, el IMSST empieza a estudiar qué modelo de intervención se ve más oportuno, ya sea con programas de intervención individuales (acompañamiento emocional presencial o telefónico) o programas grupales para aumentar las oportunidades de interacción social: actividades de socialización, comidas en compañía, etc. Es en esta última línea de acción que se desarrolla Comida en Compañía.