Esta semana se terminan las obras para cubrir el 80% de la superficie de la cubierta del pabellón municipal con placas solares fotovoltaicas, que captan el sol y lo transforman en energía eléctrica. La instalación generará 80kW, a través de 60 placas que cubrirán al 100% las necesidades energéticas de todos los equipamientos públicos. El ahorro energético abarcará el pabellón municipal (5,2% menos de gasto económico), pista polideportiva y local de jóvenes (8,1%), bomberos y Cruz Roja (13,8%), consultorio médico (3,6%), hogar de jubilados (3,9%), guardería (14%), escuela (11,5%), ayuntamiento (17,15%), biblioteca (10,1%) y local municipal (2,3%). La factura energética que paga el consistorio se reducirá de 14.000 euros anuales.
El concejal de Medio Ambiente, Ricard Miquel, explica: "La energía que generarán las placas va a la red y la restará la compañía eléctrica de la factura del resto de equipamientos. El año pasado ya instalamos placas solares para la generación de agua caliente, y ahora comenzamos la parte más destacada de la renovación de las fuentes de energía hacia las renovables. Este gobierno está determinado en su compromiso hacia la transición verde que, además, nos ayuda a ahorrar dinero que podremos utilizar en otras necesidades. Nos obliga la realidad de la crisis climática y el futuro de nuestros hijos e hijas, que cada día nos recuerda que debemos actuar con valentía y rápidamente".
La inversión se amortizará en seis años y es de 162.536 euros, que se pagan íntegramente con una subvención del proyecto europeo Leader. El nuevo sistema solar tiene una vida útil calculada en 25 años. La instalación de las placas estará terminada este agosto. La ayuda implica que durante dos años no se podrán vender los excedentes eléctricos. El gobierno municipal valora si, pasado este plazo, destina los ingresos de la venta de los excedentes a mitigar la pobreza energética en el municipio.
