Roda de Berà ha vivido un fin de semana muy intenso, y es que el motivo lo merecía, el hermanamiento entre la localidad rodense y el municipio malagueño de Benaoján. En octubre del año pasado el Pleno había aprobado esta unión, pero no se había oficializado hasta ahora. Para la ocasión, la concejalía de Cultura, preparó un relleno programa de actos para celebrar la efeméride con la visita de la alcaldesa de Benaoján, Soraya García, acompañada por la primera teniente de alcalde y edil de Cultura, Olga Barranco, y una técnica municipal. Durante todo el fin de semana muchos benaojanos y benaojanas han participado en todos los eventos, acompañando a nuestra corporación municipal, encabezada por el alcalde Pere Virgili y la concejala Teresa Ferré, y a la pequeña comitiva del pueblo malagueño, que llevan en el corazón.
La mañana del viernes comenzó con la bienvenida a las autoridades benaojanas y el acto institucional de firma en el Libro de Honor del Ayuntamiento, en el que dejó su huella con un emotivo mensaje: “Al Ayuntamiento de Roda de Berà, con quien en estos días estrechamos lazos hermanos en honor y respeto a los benaojanos y benaojanas rodenses que fueron, son y serán pilar fundamental para unir ambos pueblos”, escribió. “Gracias a su alcalde Pere Virgili y a la actual corporación por facilitar este hermanamiento que permitirá reforzar este vínculo desde la cultura, el deporte y las tradiciones para las futuras generaciones. Con honor mi sincera admiración y mi incondicional complicidad”.
Explicó a los presentes que su padre, Salvador García, en el año 92, cuando era Alcalde de la localidad, intentó formalizar este hermanamiento, y que incluso una representación rodense viajó hasta Benaoján, pero no prosperó. Hasta ahora.
Pere Virgili le hizo entrega de tres libros sobre la historia y patrimonio de Roda de Berà, y Soraya García le correspondió regalando el pin de Benaoján a todos los miembros de la corporación, para que lo lleven junto al de Roda de Berà, en el corazón.
Seguidamente, en la entrada del núcleo urbano, se descubrió la placa conmemorativa del hermanamiento.
A las once y media iniciaron un recorrido por el municipio que les llevó por el Camino de Ronda hasta la ermita de la Virgen de Berà; el Museo de la Radio, con una visita guiada por el propio Luis del Olmo; el Roc de Sant Gaietà, para finalizar en la Capilla de Mas Carreras.
Los actos continuaron a partir de las seis y media de la tarde en la plaza de Catalunya con la exhibición del Ball de Diables de Roda de Berà, y el encendido oficial del alumbrado de Navidad, a cargo de ambas corporaciones.
El sábado, a partir de las once, la comitiva benaojana y los rodenses y benaojanos que se quisieron sumar, disfrutaron de una visita guiada por el casco antiguo de Roda de Berà, a cargo de Ernest Nogués, para mostrarles una parte del patrimonio rodense con más historia, como el casal de Les Monges, Cal Guivernau, Ca l’Oliverar o la iglesia parroquial de Sant Bartomeu.
A continuación, tuvo lugar en el pabellón municipal un acto durante el cual el Ayuntamiento les enseñó una pequeña muestra de los elementos de la cultura popular catalana y que no pueden faltar en las fiestas del país, como son los castells, el baile de gitanas, las sardanas o los gigantes. Para la exhibición se contó con la participación de la Colla Castellera del Foix de Cubelles, de los gigantes de Roda de Berà, del Ball de Gitanes del Esbart Sant Julià de l’Arboç y de la colla sardanista Dansaires del Penedès.
Al mediodía los benaojanos y las benaojanas de Roda de Berà acompañaron a su alcaldesa en una comida de hermandad en el restaurante Les Guatlles. Y por la tarde, el Casino Municipal acogió un acto cultural de hermanamiento, con la proyección de un vídeo sobre Roda de Berà, con el que se mostraron todos sus atractivos; un concierto de la Coral Verge de Berà, y un intercambio de obsequios, durante el cual se pudo constatar la complicidad que existe entre ambos consistorios.
La alcaldesa Soraya García dejó la puerta abierta a la visita que ahora deberá realizar a Benaoján una representación rodense, esperando poder ejercer tan bien de anfitriona como lo ha hecho el pueblo de Roda de Berà, “aprovechando las fiestas patronales de San Marcos, que se celebran en abril”, dijo García.
Finalmente, ayer domingo la comitiva de Benaoján se despidió con una visita guiada por la Tàrraco Romana.
Vincles històrics
Los vínculos y los lazos de amistad que unen a los dos pueblos se remontan a los años 60, cuando llegaron a Roda de Berà muchas familias venidas desde diferentes puntos del país, entre ellas hasta 75 personas provenientes de Benaoján.
La transformación de Roda de Berà a principios de la década de los años 60, en la que el principal motor económico del municipio pasó de ser la agricultura a la construcción y al sector servicios, hizo que se incrementara la demanda de mano de obra. El boom del turismo nacional e internacional hacía necesario construir nuevas residencias vacacionales, y Roda de Berà, en aquel momento con tan sólo 563 habitantes, no podía satisfacer la incipiente demanda de mano de obra.
Fue así como llegaron al municipio muchas familias venidas desde diferentes puntos del país, la mitad de pueblos de Andalucía y entre ellos 75 benaojanos y benaojanas que llegaron a Roda de Berà para trabajar y vivir. Con su trabajo se construyeron la mayoría de las 660 nuevas viviendas que se construyeron en diez años, hasta doblar su población en 1970, llegando a los 1.034 habitantes. Ahora, sesenta años después, los rodenses con raíces benaojanas se han multiplicado por cuatro.