'Vienen de la guerra' y siguen bailando por Reus 40 años después

14 de diciembre de 2023 a las 11:22h

«¿De dónde venís ahora, Mossèn Joan de Vic; de dónde venís ahora tan triste y afligido? ¡De la guerra!». Precisamente con este ‘grito de guerra’ se presentan los bailarines y bailarinas que conforman el Baile de Mossèn Joan de Vic cada vez que danzan en el Séquito Festivo reusense. Lucen colores blancos y lilas, en unas vestimentas muy características por su alternancia, máscaras y sombreros que ‘visten’ esta danza que tradicionalmente se remonta al siglo XVIII

Integrado en la Coordinadora de Danzas Tradicionales de Reus, el baile hablado sale cada año -desde su recuperación en 1983- para Fiesta Mayor, ya sea Sant Pere o Misericordia. Acompañados de una canción y golpeando unos platos de madera, los de Mossèn Joan de Vic llenan la ciudad y explican al público su regreso de la guerra. Además, sus miembros envuelven a un personaje central, de dignidad eclesiástica, que lleva capa y vara a modo de recordatorio del Mossèn original de esta historia.

Crítica a la guerra

«¿De dónde venís ahora, Mossèn Joan de Vic; de dónde venís ahora tan triste y afligido? ¿Qué hacíais en la guerra, Mossèn Joan de Vic, tan triste y afligido? ¡Peleaba!». Este empuje de lucha quedó documentada por primera vez en 1792 y ya estuvo presente en actos festivos y solemnes como la visita de Fernando VII o la de Isabel II. Vinculada al gremio de zapateros, sin embargo, desapareció a mediados del s. XIX. Así, el baile no volvería a escena hasta que el folclorista Josep Bargalló i Badia impulsó su reintroducción al Séquito, manteniendo las indumentarias que se plasmaban en los diseños originales de Andreu de Bofarull.

«Es de las primeras danzas de las que actualmente conforman el Séquito Festivo que se recuperan, junto con el Baile de Gitanas y el Baile de Bastones, que son las que tienen una trayectoria más larga», explica Enric Aragonès, uno de los bailarines. Además, «es una danza única porque, así como otros bailes tienen versiones en otros municipios de Cataluña, en el Camp de Tarragona o el Penedès; la danza del Mossèn Joan de Vic es una manifestación única de la ciudad de Reus», añade. 

Se trata de una danza festiva, una representación teatral y popular que hace referencia a las luchas de un noble contra los moros, un combate que se desarrolla a golpe de bastón y rodela entre los danzantes. Y «Mossèn» es el caballero que acaba muriendo en la guerra: «en el fondo, era una forma popular de hacer una crítica de las consecuencias de la guerra ante el poder; la muerte y la miseria con un personaje que vuelve herido, triste y afligido», describe Aragonès. 

Asimilable, por tanto, a una leyenda fantástica, el antihéroe que le da nombre a menudo lleva a interpretaciones erróneas, ya que el baile no tiene ningún significado religioso ni eclesiástico. Es más, «muchas veces, cuando se lo explicas a la gente, suelen pensar que tiene relación con Vic y, aunque la canción original está recogida en diferentes puntos del territorio, esto no es cierto», señala el bailarín.  

Acompañada musicalmente por una cobla de flabiol, tamborín y saco de gemidos, el enfrentamiento contaba en sus inicios con un ángel y un diablo que ya no salen en el Séquito Festivo, pero más allá de eso, el Baile de Mossèn Joan de Vic ha sufrido pocos cambios en los últimos 40 años; la agrupación mantiene la misma estructura y vestimenta.

 

Una celebración abierta a todo el mundo

«¿Con quién peleabais? ¡Con los moros! Mirad que os matarán. ¡Que me entierren!», concluye la canción a la que dan vida los y las danzantes del Baile de Mossèn Joan de Vic. Porque van a la guerra a perderla y, al final del lucimiento, cuando muere el Mossèn lo cargan sobre los hombros; pero, a pesar de todo, vienen de luchar y siguen bailando 40 años después.

La conmemoración de la efeméride de este año comenzó en la Noche de Hacer el Índio, cuando los miembros de la danza fueron invitados por el Águila y los Gigantes en una salida muy especial. Enric Aragonès recuerda que «tuvo algo muy único, ya que normalmente cuando salen con el Séquito Festivo, todas las danzas y elementos bailan a la vez y no se pueden ver, y aquella noche, al tener el protagonismo, muchos lo celebraron con ellos». Además, «hicieron una adaptación de los pasos que siempre les acompañan; la Noche de Hacer el Índio es un momento mucho más exigente físicamente que cualquier pasacalle porque se tiene que estar todo el rato bailando, pero fue muy emocionante poder tener este reconocimiento», agradece el miembro de la danza.

La celebración va más allá y, con la voluntad de visibilizar la trayectoria del Baile y la formación inicial de 15 bailarines, han decidido hacer una reinterpretación de una de las primeras formas documentadas de la danza. Enmarcada en los actos previos de Misericordia, la representación se remontará a los orígenes teatrales de la danza, otorgando todo el protagonismo a la historia de este Mossèn Joan de Vic, con una versión cantada y bailada que recorrerá varias plazas de Reus este sábado 16 de septiembre.

Y también, para los seguidores más fieles de la danza, sus miembros han creado la «Totemossèn», una totebag diseñada por Martí Llauradó que se puede pedir a los bailarines en cualquier salida, o bien conseguir a través de redes sociales.