Reus cumple con la alerta de sequía y ha reducido el consumo de agua cerca del 12%

17 de agosto de 2023 a las 11:33h

El consumo total de agua en la ciudad de Reus se ha reducido un 12% en relación con el mismo período de 2022, desde que la Agencia Catalana del Agua (ACA) decretó la alerta por sequía el pasado 13 de junio. A pesar de esta reducción del consumo, sin embargo, la alerta de sequía sigue vigente y, en consecuencia, siguen en pie las prohibiciones y limitaciones obligatorias que decretó la ACA, y si la falta de lluvia persiste puede obligar a poner en marcha nuevas medidas y restricciones durante el otoño.

La estadística de este verano muestra un importante descenso en el consumo de agua que se inició, sobre todo, los primeros días de julio, un mes que ha registrado una caída total del consumo de un 7% respecto al mismo período de 2022. Esta tendencia se ha acentuado aún más durante el inicio de este mes de agosto, cuando la reducción del consumo de agua de la ciudad ha llegado a ser del 11,65%.

En términos medios, y desde el 15 de junio, la media de consumo de la ciudad ha sido siempre inferior a los 250 litros por habitante y día que fijó como límite la ACA en el decreto de sequía. Así pues, la media fue de 195,96 litros por habitante y día durante la segunda quincena de junio; de 194,46 en el mes de julio; y de 180 en lo que llevamos de agosto. Hay que tener en cuenta que estos 250 litros (el consumo máximo permitido dada la actual situación de sequía) son la suma de todos los usos que Reus hace del agua: doméstico, industrial, comercial, municipal, etc. La media de consumo de la ciudad se sitúa alrededor de los 100 litros por habitante y día si sólo contabilizamos el consumo doméstico.

“A pesar de la responsabilidad que estamos mostrando los reusenses, es importante que no bajemos nada la guardia porque, al llegar al mes de septiembre, si la lluvia no llega, tendremos que ver a la fuerza si no hacen falta nuevas medidas y restricciones en los usos del agua”, reflexiona el concejal responsable del servicio, Daniel Rubio.

En este sentido, ahora mismo, siguen en vigor las medidas de gestión y limitaciones en el consumo de agua que afectan de manera obligatoria tanto a la ciudadanía como a todos los municipios que, como Reus, se abastecen de agua del Ebro mediante el Consorcio de Aguas de Tarragona.

En cuanto a los usos particulares del agua, ésta es una síntesis de las diversas prohibiciones y limitaciones que ahora son de obligado cumplimiento.

Riego de jardinesEl riego de jardines y zonas verdes (tanto de carácter público como particular) queda restringido exclusivamente al horario de menor insolación (es decir de las 20:00 h a las 8:00 h) y la dotación de agua “debe ser la mínima indispensable adaptándose en todo momento a las condiciones de temperatura y humedad”, con un máximo mensual de 450 m3 por hectárea. Entre otras medidas al respecto, la orden también especifica que el riego de los jardines particulares se puede realizar, como máximo, dos días a la semana que (siempre que no se publique específicamente ninguna regulación que diga lo contrario) serán por defecto los miércoles y sábados para las viviendas con numeración par o sin numeración, y los jueves y domingos para los de numeración impar.

PiscinasEn cuanto a las piscinas, la ACA limita la utilización de agua para el llenado de piscinas. En consecuencia, sólo pueden llenarse parcialmente aquellas piscinas que “dispongan de un sistema de recirculación del agua, en las cantidades indispensables para reponer las pérdidas por evaporación y limpieza de filtros y para garantizar la calidad sanitaria del agua”. También se autoriza “el primer llenado de piscinas de nueva construcción o el llenado que responda a obras de rehabilitación de la piscina o de modificación del vaso”. Igualmente, se permite a los centros educativos el llenado completo o parcial de piscinas desmontables destinadas al baño de los niños y con una capacidad inferior a 500 litros.

Usos estéticos del aguaLas limitaciones decretadas también afectan a las fuentes ornamentales, lagos artificiales y otros elementos de uso estético del agua, que no pueden llenarse a partir de ahora salvo casos excepcionales. Es el caso, por ejemplo, de aquellos lagos artificiales que sean imprescindibles para la garantía de vida acuática, “a los que se permite el mínimo uso del agua imprescindible para el mantenimiento de la vida”. En cualquier caso hay que estudiar la viabilidad del traslado o la concentración de la vida acuática a otros entornos donde se pueda asegurar la supervivencia con el mínimo consumo de agua.

Limpieza de vehículosLa limpieza de cualquier tipo de vehículo también queda limitada, y tan sólo es posible hacerla “en establecimientos comerciales dedicados a esta actividad que cuenten con sistemas de recirculación del agua”. Fuera de los establecimientos comerciales tan sólo está permitida la limpieza de los cristales, espejos, retrovisores, luces y placas de matrícula mediante el uso de esponja y cubo. También se autoriza la limpieza de vehículos fuera de establecimientos comerciales si es necesario para mantener la seguridad y salud de personas y animales. Esta categoría incluye los vehículos de transporte de comida, transporte de animales (vivos o muertos), ambulancias, vehículos médicos y transporte de medicamentos, así como los vehículos de transporte de residuos.

Limpieza de calles y fachadasEn cuanto a la limpieza de calles, pavimentos y fachadas y similares, queda prohibida la utilización de “mangueras de agua u otros sistemas que utilicen una lámina de agua para arrastrar la suciedad”. La prohibición no incluye la limpieza con fregona, cubo y esponja o con sistemas de limpieza de alta presión.

Granjas de animalesLas medidas dictadas por la Agencia Catalana del Agua (ACA) también afectan a las granjas de animales. Así pues, el uso en granjas de agua procedente de la red de abastecimiento de agua potable queda limitado a las cantidades necesarias para el abrevadero y limpieza de los animales, y la limpieza del recinto. En este último caso, “hay que utilizar sólo las cantidades imprescindibles para mantener las condiciones sanitarias y sólo en caso de que no se disponga de una fuente alternativa y exclusivamente mediante sistemas de limpieza a presión u otros de eficacia equivalente”.

Reducción del suministroHasta la fecha y desde el pasado mes de agosto, la ciudad de Reus estaba en fase de “prealerta” de sequía, lo cual ya había implicado una serie de acciones preparatorias ante la posibilidad de que se acabara entrando técnicamente en otras fases de “sequía”, tal como ha pasado hoy. Una situación francamente preocupante, ya que, en estos momentos, y dada la situación de escasez de otras fuentes de abastecimiento, el suministro de agua de la ciudad depende en un 90% de la reserva de agua del Ebro cuando, en situaciones hídricas normales, este porcentaje es del 60%.

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