Más inclusiva, más accesible, fiesta para todos los reusenses

14 de diciembre de 2023 a las 11:23h

El acceso a la cultura popular y que la Fiesta Mayor sea accesible para todos es uno de los objetivos que marcan la programación y el calendario de Reus Cultura; la aspiración de ofrecer a reusenses y visitantes una fiesta cada vez más inclusiva, accesible y respetuosa con todas las capacidades y sensibilidades.

“A menudo, se piensa en diversidad funcional, sobre todo en lo que se refiere a la movilidad y se menosprecia o se olvida el ámbito de otras sensibilidades, en determinados momentos más estresantes, en los que el ruido, el movimiento, la multitud… complican que muchos colectivos puedan participar de la fiesta de manera natural y tranquila”, evidencia el concejal de Cultura, Daniel Recasens. 

Precisamente, las concejalías de Cultura y Política Lingüística y Bienestar Social, acompañadas del Consejo de la Discapacidad del Ayuntamiento, disponen desde hace tiempo de una guía de accesibilidad de la Fiesta. Por un lado, dirigido a las personas con diversidades funcionales y movilidad reducida, se suele habilitar un espacio elevado en diferentes actos tradicionales, así como un espacio reservado en conciertos y otras actividades multitudinarias. Además, en todos aquellos espacios de fiestas se ponen a disposición varios lavabos portátiles adaptados.

Del otro, ya en anteriores Fiestas Mayores, se disponía de un programa transcrito en braille y un formato digital más accesible para personas con dificultades de visión y de acuerdo con los estándares normativos.

'Sumar' otras sensibilidades

Este año, sin embargo, el Ayuntamiento reusense dio un paso más allá con la incorporación de espacios y tramos tranquilos en varios actos festivos el pasado mes de junio. Esta iniciativa consistía en reducir los estímulos sonoros para garantizar que las personas con sensibilidades auditivas pudieran disfrutar por igual, en este caso, de Sant Pere. Apostar por pasacalles y procesiones silenciosas fue algo inédito en la ciudad y todo un reto: “sin que se desdibujara el Séquito Festivo y que siguiera siendo el mismo, debía de permitir que no hubiera ruido ni acumulación de gente”, apunta Daniel Recasens.

“Aún hubo momentos en que, por ejemplo, el ruido de las cajas estaba por encima del umbral que debería ser”, valora. Con todo, esto les ha permitido orientar y definir los tramos tranquilos que se incorporan, también por primera vez, a la Fiesta Mayor de Misericordia. “La voluntad es ir encontrando qué fórmulas nos permiten que sea una fiesta para todos, sin olvidar aquello que quizás no es tan evidente”, concluye el concejal de Cultura.

Imagen: Canal Reus

Así, el mismo día 25, se habilitará un tramo tranquilo en el Paseo de Misericordia, donde las personas con altas sensibilidades y condición autista podrán vivir la Bajada sin aglomeraciones. Algunos elementos difícilmente se pueden modificar o tratar de forma más accesible, precisamente porque “Misericordia es mucho de fuego”, indica Recasens, “pero todo aquello que se pueda, debemos intentarlo”. Aunque en el centro de Reus es más sencillo delimitar unas calles concretas, el concejal añade que se podrán perimetrar “porque son espacios más abiertos, el paseo es mucho más ancho y permite unas fugas más relajadas”.

En paralelo, desde Reus Cultura se encargan de vehicular las peticiones individuales que reciben de la ciudadanía y transmitir sus necesidades a las entidades y personas correspondientes. La Cabalgata de Reyes es un ejemplo y se trabaja para facilitar la accesibilidad de las familias en cualquier evento.

 

Cultura todo el año, cultura en todas partes

“Cada vez, están apareciendo más elementos que tienen esta voluntad de cultura popular, se incorporan en el imaginario visual, musical y de acompañamiento de las danzas, pero tienen una vida útil mucho más allá de lo que es estrictamente la esencia o la parte más protocolaria del Séquito Festivo”, describe Daniel Recasens. Y es que, durante un tiempo, parecía que sólo podían surgir nuevas danzas y bestias pensadas para el Séquito, algo que está cambiando y que, a la vez, permite que la cultura llegue a más rincones de la ciudad. Incluso, ayudan a expandirla a otros actos festivos, como efemérides de grupos o celebraciones populares, que pueden tener lugar a lo largo del año.

Elementos como Els Manotes -que quieren llegar allí donde los Gigantes no pueden- o los que se estrenan este septiembre, el Superadrac y el Pere i la Lloba, ya nacen con unos objetivos que van más allá de salir en el Séquito. Conservan la raíz tradicional, sin estar estrechamente ligados a los pasacalles o espacios concretos como el Mercadal o el Paseo de Misericordia, y, por lo tanto, “están menos encorsetados por el mismo protocolo, pero no pierden el carácter festivo”, reivindica el concejal de Cultura.

 

El ejemplo del Superadrac, el primer elemento adaptado reusense, que impulsan desde la Asociación Supera’t con personas de condición autista, posibilita “aquella mirada que permite que ‘todo el mundo’ realmente quiera decir ‘todo el mundo’”, agradece Recasens. Aun así, la discusión sobre la accesibilidad a menudo es compleja.

Por un lado, como bien señala Daniel Recasens, “hay elementos o actos que pasan en lugares determinados y sería artificial sacarlos de estos espacios”. Además, “parte de la fuerza, del potencial y el valor que tiene la Fiesta Mayor es cómo cuidamos los elementos que son propiamente de Fiesta Mayor y que deben salir en el momento en que deben salir y el resto del tiempo deben esperar”, expone el concejal. A la vez, sin embargo, destaca que “esto no quiere decir que no puedan pasar muchas más cosas: la Fiesta de Misericordia es todo un tiempo muy largo en el que hay muchísimos actos por toda la ciudad”.

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Sandra Pérez
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