El Puerto Tarragona ha dado por concluidas las obras de desvío del canal de drenaje de las aguas pluviales de las carreteras A-7, C-31b y TV-3146 situado en el espacio portuario destinado a acoger la Zona de Actividad Logísticas (ZAL). El proyecto se ha ejecutado en un plazo de 8 meses tal y como estaba previsto y con un coste de 937.829,94€ (IVA excluido) por la UTE (Unión temporal de empresas) Romà-J Morell. El desvío ha sido necesario para evitar su paso por la zona protegida de los Prats d’Albinyana incluida en la Red Natura 2000.
Movimiento de tierras
Las primeras tareas se empezaron en el mes de octubre y fueron principalmente de desbroce de la zona. Durante los meses siguientes se llevó a cabo el grueso de las actuaciones que han sido mayoritariamente los movimientos de tierras para la creación del nuevo canal.
De este modo el proyecto ha sido enfocado principalmente a la construcción del desvío del canal, ejecutando un nuevo canal de tierras, con una sección de 6 metros de anchura en la base y 2 metros de altura, por un nuevo trazado que rodea la futura zona natural. La longitud del canal es de aproximadamente 1.750 metros.
Un desvío necesario
El canal transcurría por en medio de los terrenos que se restaurarán mediante el proyecto de restauración y ordenación de los Prats d'Albinyana, integrados dentro de la Red Natura 2000, por lo cual se tenían que desviar para evitar que pasara por en medio de esta zona natural.
Este proyecto da cumplimiento a la Declaración Ambiental Estratégica (DAE) del Plan Especial de ordenación de la zona de actividades logísticas (ZAL) del Puerto de Tarragona, aprobado definitivamente por la Comisión de Urbanismo de Tarragona el 4 de diciembre de 2019.
Red Natura 2000
El desvío del canal es una operación imprescindible para poder restaurar las 37 hectáreas de espacio natural protegido incluido dentro de la Red Natura 2000 situada al lado de la ZAL y del emplazamiento del futuro contradique de Ponent.
El proyecto de restauración prevé crear una laguna de grandes dimensiones con una isla central. La existencia de la laguna permitirá reintroducir en el espacio especies diversas como la tortuga de arroyo, la tortuga de estanque o el fartet, un pequeño pez de agua dulce que vive en las zonas húmedas del litoral. Dentro de la laguna, se formará una isla de casi 27.000 metros cuadrados que permitirá que aves -como la gaviota corsa- puedan nidificar, ya que reunirá las condiciones óptimas para atraer su presencia. Alrededor de la gran laguna se creará un bosque de ribera gracias a los más de 13.000 árboles que se plantarán y que incluirán especies como los álamos blancos, sauces, olmos o pinos. Este bosque, a la vez, favorecerá la presencia de otras aves y mamíferos que actualmente ya están presentes en esta zona, mejorando su hábitat. Así mismo, se plantarán más de 45.000 plantas y arbustos pequeños, como juncos y herbazales graminoides característicos de este tipo de ecosistemas.