Eleanor Row, una chica británica, pasó probablemente los peores momentos de su vida después de que la contactara la Policía Nacional para transmitirle la triste noticia de la muerte de su novio en Salou.
Esto pasó porque, ahora hace un año, un cadáver sin identificar apareció en la playa de Salou. Como no iba identificado, la Policía revisó su teléfono móvil en busca de pistas sobre su identidad.
En la terminal encontraron imágenes del difunto con Eleanor y mensajes que le eran dirigidos, por lo que dedujeron que era su novio, Nathan Blake, que en realidad estaba de vacaciones en España, en otra zona turística.
La chica, desesperada, contactó con la embajada británica en España, con familiares de su pareja intentando averiguar dónde estaba el cuerpo de su pareja y qué trámites debía hacer para repatriarlo.
Después de horas de angustia y profunda tristeza, Eleanor pudo contactar con Nathan, que no sabía nada y que se mostró consternado ante la complejidad de la situación. Nathan contactó inmediatamente con las autoridades españolas para hacerles saber que estaba vivo, que el cuerpo de Salou era el suyo y que todo se trataba de un terrible error de identificación.
Eleanor ha declarado a la BBC: "Fue una montaña rusa emocional. Pensé que había perdido el amor de mi vida... y después apareció sano y salvo". El caso ha despertado una ola de indignación en las redes sociales británicas e incluso se ha abierto una petición en Change.org para disponer de una mejor red europea para identificar turistas en circunstancias graves.