El IRTA, Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias, tiene sobre la mesa un proyecto innovador para elaborar biogás e hidrógeno verde a base de purines. Se trata de una planta piloto que se ubicaría en sus instalaciones de Mas Bové, en El Morell (Tarragonès). Este viernes el centro ha celebrado la mesa institucional anual con la voluntad de conseguir apoyos de los sectores públicos y privados para el proyecto. Los purines de los pollos y cerdos de las granjas del IRTA se transformarán en biogás, un combustible que posteriormente se utilizaría para elaborar hidrógeno verde. La iniciativa también aspira a conseguir financiación a través de los fondos europeos Next Generation y la previsión es poner la planta en marcha el año que viene.
La planta de biogás hecho con purines para generar hidrógeno verde forma parte del Cal·lípolis Next Generation para la recuperación económica del Camp de Tarragona. El IRTA apuesta por que las deyecciones ganaderas dejen de ser "un problema" y se conviertan en "una oportunidad", "que sea un subproducto, en lugar de un residuo". La planta piloto que se proyecta quiere demostrar que los purines pueden producir energía limpia.
Como ha destacado Josep Usall, director general del Instituto, en Mas Bové, en El Morell, se aprovecharán las granjas de pollos y cerdos que tienen, los campos y el espacio para hacer investigación y tener una planta de biogás que produzca energía para sus granjas y para hacer fertilizantes para los campos del IRTA, "un ciclo cerrado" de economía circular y reaprovechamiento. A partir de aquí, la planta de biogás podría servir para elaborar hidrógeno para hacer electricidad, como combustible y otros.
Para conseguir hidrógeno se rompe la molécula de agua y para que sea verde se debe hacer con energías renovables. Con los purines se hace energía, el biogás, y se usa para el proceso de hidrólisis. "Será uno de los principales elementos transformadores de la ganadería europea, conseguir que los purines sean un nuevo recurso", ha remarcado Joaquim Brufau, delegado institucional del IRTA en el Camp de Tarragona.
El proyecto se está empezando a diseñar y redactar y se busca financiación de empresas privadas y administraciones para ponerlo en práctica. La previsión es que el año que viene sea una realidad si se consiguen los socios suficientes, sobre todo del sector primario y de empresas gasistas y de construcción de equipamientos de servicios. "En función de los que tengamos, optaremos por transformar todo el biogás en hidrógeno o no, y también se verá si el residuo de hacer el biogás se puede convertir en fertilizante para que no te quedes de nuevo con el rechazo", ha apuntado Usall. Es un proyecto abierto que quiere ser "muy versátil" para incorporar las últimas tecnologías en este ámbito.