La comunidad de religiosas de la Compañía de María se despidió, este miércoles día 12 de noviembre, de la ciudad de Tarragona después de más de tres siglos de presencia y servicio en la misión concreta del Colegio Lestonnac-L’Ensenyança, según ha informado el Arzobispado.
La celebración eucarística en acción de gracias por esta larga trayectoria de la congregación en el ámbito educativo tuvo lugar en la catedral de Tarragona, que se llenó de religiosas, alumnos, exalumnos, personal del centro y muchas personas que quisieron despedirse de las religiosas de la Enseñanza.
El arzobispo Joan Planellas presidió esta emotiva misa, que concelebraron también varios presbíteros de la ciudad. Antes de iniciarse la eucaristía, la directora del centro, Elena Rodríguez, dio las gracias por los «más de 327 años de presencia viva en la ciudad, de entrega generosa, de educación hecha con amor y de evangelización con el testimonio sencillo de cada día».
Así, aseguró que la comunidad de la Compañía de María «ha hecho de su compromiso de vida un proyecto educativo comprometido con la promoción de la dignidad de la persona y, especialmente, de la mujer, teniendo como modelo a María y fieles a los principios de buscar a Dios y ayudar a los demás a conocerlo y amarlo».
Por otro lado, se comprometió a «dar continuidad a esta historia de fidelidad, de servicio, de entrega silenciosa, de educación y de fe compartida», sabiendo que «el patrimonio del ejemplo imborrable de las religiosas y de sus enseñanzas permitirán mantener siempre la llama encendida para alargar la mano a todos y continuar educando evangelizando y evangelizando educando, siguiendo el carisma de santa Juana de Lestonnac».
Durante la homilía, el arzobispo Joan Planellas aseguró que la marcha de la comunidad de la Compañía de María «es un proceso traumático desde el punto de vista de comunidad y desde el punto de vista de las personas, así como para la Iglesia de Tarragona, para las familias y para la misma ciudad que va perdiendo, lamentablemente, algunas de aquellas semillas cristianas que regaron nuestra tierra a lo largo de la historia».
Al final de la celebración, la hermana Montserrat Marimon, superiora de la comunidad, pronunció unas palabras en las que «dio gracias a Dios por el servicio de educación de la juventud que ha hecho la Compañía de María en nuestra ciudad, siguiendo el carisma legado por Juana de Lestonnac, una mujer fuerte, valiente, llena de entusiasmo y de fe, que se dejó conmover por las necesidades de la sociedad de su tiempo, las entendió como una llamada de Dios y respondió con generosidad y amplitud de miras».
La Sra. Marimon confirmó que «el proyecto educativo de la Compañía de María en Tarragona continuará gracias a la implicación de los educadores identificados con la pedagogía que deriva del carisma educativo de Juana de Lestonnac». Asimismo, dio las gracias a las familias «que han confiado la educación de sus hijos a la Compañía de María». «Deseamos que la Compañía de María y Tarragona continúen unidas por muchos años», remachó la madre superiora.
Para terminar, la hermana Nélida Andrés, superiora provincial de la provincia del Mediterráneo de la Compañía de María, también dirigió unas palabras y señaló que la historia de esta comunidad está tejida con fidelidad y esperanza:
La Superiora provincial dio las gracias «a Dios, fuente de toda vocación, que hizo posible esta misión; a la ciudad de Tarragona y a sus instituciones, que acogieron La Enseñanza; a las familias, que ayer, hoy y mañana confían en nuestro estilo educativo; a las religiosas, el profesorado y el personal no docente, que con profesionalidad y espíritu evangélico han dado lo mejor de sí; a los laicos, que caminaban junto a las religiosas y hoy continúan sosteniendo y renovando esta obra; al equipo directivo, que lidera un grupo humano comprometido que hace presente la Compañía de María en Tarragona, manteniendo vivo el carisma, y al alumnado, que siempre será el corazón y la razón de cada esfuerzo en esta obra».
TODO EMPEZÓ EN ALCOVER EN 1683
La presencia de la Compañía de María en la ciudad de Tarragona nació a raíz de la iniciativa de un grupo de cuatro jóvenes catequistas de Alcover que en 1683 se instalaron en Tarragona para dedicarse a la formación de jóvenes. Con el paso de los años, consiguieron la licencia eclesiástica para fundar una comunidad de la Compañía de María, y en 1698 llegaron tres religiosas de la casa de Barcelona: la Hna. Maria Humbert, la Hna. Rosa Bosch y la Hna. Maria Ballester.
Así, más de 325 años de historia han marcado este centro educativo, que continúa formando niños y jóvenes siguiendo el carisma de santa Juana de Lestonnac. La Hna. Montserrat Marimon, la Hna. Josepa Espasa, la Hna. Victòria Riera, la Hna. Carmen Gil, la Hna. Teresa Carner, la Hna. Estrella Ramos y la Hna. Dolors Yepes han formado la última comunidad de religiosas de este Colegio, que ahora se unificarán con otras comunidades de la Compañía de María.