Más ocupación en la hostelería, pero con menos gasto

Los restaurantes más económicos están llenos, mientras que los establecimientos de gama media y alta están notando una cierta ralentización

07 de agosto de 2025 a las 08:34h

El sector de la restauración de la Costa Dorada y Tierras del Ebro vive un verano con altibajos. Aunque los fines de semana son de máxima ocupación en la mayoría de los municipios, el resto de la semana es mucho más tranquila, con una clara tendencia a la contención del gasto.

En Cambrils, después de un buen junio marcado por San Juan y San Pedro, el mes de julio ha sido lento de arrancar. Aunque los fines de semana han sido muy positivos, entre semana la meteorología inestable y las alertas han frenado la actividad. Los restaurantes más económicos están llenos, mientras que los establecimientos de gama media y alta están notando una cierta ralentización. A pesar de ello, el microclima privilegiado de la villa y su carácter no estacional ayudan a mantener un buen ritmo durante todo el año. Se prevé un buen agosto en términos de ocupación, pero hay que tener en cuenta que el gasto por persona ha bajado.

En la Costa de las Tierras del Ebro, julio ha sido probablemente el más débil de los últimos tres años, después de dos temporadas post-COVID muy buenas. A pesar de ello, la restauración trabaja bien el fin de semana gracias al turismo nacional de proximidad, especialmente de Barcelona y alrededores.

En la Pineda, la situación varía según el establecimiento: los restaurantes con marcas consolidadas mantienen buen rendimiento, pero el resto habla de una baja afluencia. En general, la sensación es que el verano es ligeramente inferior al del año pasado. El cliente nacional gasta menos y la clase media, cada vez más presionada económicamente, representa la base principal del consumo en la zona.

En Salou se detectan comportamientos poco previsibles entre semana. Los fines de semana, sin embargo, se desbordan los restaurantes. A medida que avanza el verano, el turista aumenta pero se detecta menos movimiento que el año pasado y gastos medios más bajos. El cliente local se mantiene fiel. Los horarios de disfrute en el restaurante se han reducido, la gente va a cenar más tarde y se marcha pronto del restaurante. Todo ello refleja una realidad: la contención del gasto por parte de un público que siente el impacto del encarecimiento de la vida. “Hay días que se puede gastar, pero no todos”, resumen algunos restauradores.

En el Baix Gaià, la actividad es tranquila entre semana y muy fuerte durante el fin de semana. El ticket medio también ha bajado. Los establecimientos consolidados son los que menos han notado esta situación.

En cuanto a Tarragona, la temporada ha evolucionado de manera positiva. Tanto junio como julio han sido similares a los del año pasado, aunque la campaña comenzó con un mayo flojo debido a una Semana Santa tardía. Agosto se prevé muy bueno, y septiembre se mantiene como un mes fuerte para la capital tarraconense.

Como conclusión, destacamos que el verano 2025 está resultando irregular, marcado por un aumento de la afluencia de fin de semana, pero con menos gasto por parte de los visitantes. Habrá que ver cómo evoluciona agosto y si la temporada se puede alargar, como muchos apuntan, pero es evidente que no podemos medir el éxito sólo por la ocupación, sino por la capacidad de gasto real del visitante.

“Todos estos datos confirman las tendencias que ya detectó Hostelería de España al final de la temporada 2024, especialmente en lo que se refiere al cliente nacional. Aunque los precios medios de los alojamientos van al alza —en parte por estancias más cortas—, se percibe una clara frenada en el consumo en el destino. El turista nacional parece haber llegado a su límite: viaja, acepta pagar más por el alojamiento, pero recorta gastos en restauración y ocio.”, ha declarado Francesc Pintado, presidente de la AEHT

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Marc Pascual
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