Más de 2,6 millones de euros para proyectos de salud mental del Pere Mata

21 de diciembre de 2022 a las 12:32h

El Grupo de Investigación en Genética y Ambiente en Psiquiatría (GAP) del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) y del Hospital Universitario Institut Pere Mata ha recibido más de 2,6 millones de euros para 4 proyectos que tienen como objetivo mejorar el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades mentales, así como la calidad de vida de las personas que las padecen.

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que a lo largo de la vida 1 de cada 4 personas sufrirá un trastorno de este tipo.

 

Proyecto 1: estudio que revolucionará el diagnóstico de los trastornos mentales

Financiado por el Instituto de Salud Carlos III, del Ministerio de Ciencia e Innovación (1.700.000 €).

 

Estudios internacionales han demostrado que la causa de una enfermedad mental es, en el caso del 3-5% de los pacientes que la padecen, una alteración genética mayor (es decir, una alteración que afecta a centenares de nucleótidos de la secuencia del ADN). A pesar de ello, actualmente no se está aplicando el diagnóstico genético en el campo de la psiquiatría.

 

Dado que no todos los pacientes con un diagnóstico psiquiátrico presentan esta causa genética, el reto consiste en encontrar una metodología para llevar a cabo el estudio genético solo a los pacientes “sospechosos” de tenerla.

 

El proyecto, que ha recibido la financiación del Instituto de Salud Carlos III, permitirá desarrollar un nuevo protocolo clínico de cribado para ayudar a los y las profesionales de la psiquiatría a detectar los casos que posiblemente tengan una alteración genética mayor. El estudio se centrará en la alteración genética mayor más frecuente, conocida como deleción 22q11.

 

El protocolo de cribado utilizará parámetros que hasta ahora no han sido tenidos en cuenta por estos profesionales y que están relacionados con esta alteración. Este protocolo también se basará en otras condiciones médicas, como que la persona sufra problemas de corazón, que tenga un sistema de defensas deficitario o que los niveles de calcio en la sangre sean más elevados de lo normal.

 

Por otro lado, se tendrá en cuenta la forma de la cara y la composición de sus elementos, ya que presentar rasgos faciales fuera de lo común (los ojos demasiado separados o una deformación del labio o de la oreja) podrían indicar la presencia de este síndrome. Finalmente, en la herramienta de cribado se añadirá un test genético poco costoso.

 

Con estos tres grupos de datos los investigadores podrán valorar cuál es la probabilidad de que el paciente sea portador de la deleción 22q11. En caso de presentar un elevado riesgo, el profesional podría llevar a cabo un estudio genético exhaustivo, realizado por expertos.

 

En el futuro, disponer de esta información genética permitirá a los psiquiatras poder diagnosticar y tratar de forma más precoz, eficaz y personalizada algunas de las enfermedades más frecuentes, como son el autismo, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y la ansiedad, en el caso de los niños, y la psicosis, los trastornos bipolares o la esquizofrenia, en los adultos.

 

El equipo de investigación que llevará a cabo este estudio está coordinado por la Dra. Elisabet Vilella, directora de investigación del Hospital Universitario Institut Pere Mata y subdirectora del IISPV, y está formado por 17 grupos de investigación de centros hospitalarios de toda España. Doce de los grupos forman parte de la prestigiosa red de investigación en salud mental CIBERSAM, financiada por el Instituto de Salud Carlos III.

 

Proyecto 2: predecir el desarrollo de la esquizofrenia en la adolescencia

Financiado por la Fundación La Marató (399.965 €).

Este proyecto, coordinado por tres grupos de investigación catalanes y que lidera el Dr. Gerard Muntané, investigador del Hospital Universitario Institut Pere Mata y del IISPV, ayudará a predecir de forma precoz (ya desde la adolescencia) y mediante indicadores genéticos y obtenidos a través de imágenes cerebrales si una persona tiene un mayor riesgo de desarrollar esquizofrenia.

 

Se calcula que el 1% de la población mundial sufre esquizofrenia, una enfermedad que impone enormes deficiencias a los pacientes y una carga devastadora para sus familias. Los tratamientos actuales son a menudo insuficientes para aliviar (y mucho menos para curar) la enfermedad. Además, se ignoran la causa y sus mecanismos de desarrollo, hechos que dificultan su predicción y, consecuentemente, su prevención.

 

Un aspecto que puede aportar información muy valiosa al diagnóstico de estos trastornos es el hecho de poder medir el nivel de expresión de los genes en las neuronas del cerebro y en aquellas células que darán lugar a las neuronas.

 

La expresión génica se puede entender como el resultado de la interacción entre los genes y el entorno de un individuo (teniendo en cuenta factores de riesgo conocidos para esta enfermedad como el hecho de vivir en una ciudad o el abuso de drogas). Pero ¿cómo podemos averiguar la expresión génica neuronal durante la enfermedad o incluso antes de su aparición?

 

Hay una población única de progenitores neuronales a la que se puede acceder con un mínimo de molestias dentro de la cavidad nasal, formando una capa de células que llamamos neuroepitelio olfativo (NO). Este proyecto pretende aprovechar el NO para mejorar la predicción de la esquizofrenia, pero no se limita tan solo a la información que proporcionan estas células; también se considerará la genética del individuo y aquello que se aprecia a través de imágenes cerebrales.

 

Mediante el análisis conjunto de estos datos multinivel, se implementará un nuevo enfoque para la evaluación personalizada del riesgo de esquizofrenia. Para alcanzar este objetivo, se llevará a cabo un enfoque multicéntrico para reclutar personas que se consideran de alto riesgo de sufrir el trastorno, como individuos que ya han presentado un primer episodio de psicosis y pacientes con esquizofrenia bien diagnosticados.

 

La integración de estos datos permitirá estudiar qué combinación de las variables que se desprenden puede ayudar a identificar la contribución de cada una de ellas a la enfermedad y a predecir mejor su aparición y desarrollo.

 

Conseguirlo permitirá mejorar la capacidad de intervenir poniendo el énfasis en su prevención y gestión. Esta forma de abordar la enfermedad crónica también permitirá reducir los costes personales, socioeconómicos y sanitarios que conlleva.

 

Proyecto 3: identificar los trastornos bipolares a través de indicadores biológicos

Financiado por la Fundación La Marató (399.606 €).

 

El trastorno bipolar es una enfermedad psiquiátrica grave caracterizada por la inestabilidad en el estado de ánimo de la persona que la padece (tiene un impacto importante en su vida). Actualmente, no hay marcadores biológicos que los psiquiatras puedan emplear para los diagnósticos. Esta situación no es habitual si comparamos la psiquiatría con otros campos de la medicina, donde los y las profesionales a menudo utilizan información biológica como los tests en sangre, biopsias, etc.

 

En este proyecto, coordinado por la Dra. Elisabet Vilella y en el que participan 3 grupos de investigación más, se trabajará con muestras de sangre y muestras de cerebro para identificar moléculas que permitan a los profesionales de la psiquiatría llevar a cabo sus diagnósticos y establecer los planes de tratamiento y de recomendaciones de forma precoz.

 

En el caso de las muestras de cerebro, se trabajará con cerebros de personas que han donado el cuerpo a la ciencia o con lo que llamamos cerebros “postmortem”. Estas moléculas que se medirán son el producto de los genes que han sido heredados del padre y de la madre, y que, además, pueden expresarse de manera diferente según las circunstancias de la vida. Por ejemplo, estar enfermo puede modificar la cantidad de los productos de nuestros genes.

 

Para este estudio se utilizará una metodología nueva llamada “transcriptómica”, que mide los productos de todos los genes de una persona (nuestro genoma tiene aproximadamente 15.000 genes). El objetivo es encontrar moléculas que puedan ser útiles para diagnosticar o tratar el trastorno bipolar como el “azúcar en sangre” lo es para diagnosticar la diabetes.

 

Además, con estas muestras de cerebro también se aplicará una técnica muy reciente, llamada transcriptómica espacial, que permite saber la expresión de los genes dentro de cada célula y dentro de la región del cerebro.

 

Los pacientes podrían pensar que medir los productos de todos los genes para este propósito no es necesario y podría preocuparles el hecho de pensar cómo esta información será utilizada por su psiquiatra. Los psiquiatras, por su parte, pueden no ver la utilidad de esta información (datos de transcriptómica) para el diagnóstico y tratamiento de los pacientes que atienden. Para codiseñar la forma de utilizar esta metodología en la práctica clínica, en el futuro se trabajará de forma conjunta con unos y con otros.

 

Proyecto 4: herramientas digitales para promover la participación de los pacientes en la investigación

Financiado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (116.158,00 €).

 

El objetivo de este proyecto es desarrollar una aplicación móvil para mejorar la comunicación entre los y las investigadores y los y las pacientes en la investigación. El proyecto está liderado por el Clúster de Salud Mental de Cataluña. A su vez, esta plataforma debe facilitar a los investigadores la captación de participantes para que puedan recoger de forma ágil sus opiniones y datos relacionados con la investigación, además de concebirse como una herramienta a través de la cual la ciudadanía podrá acceder a informaciones relacionadas tanto con las enfermedades psiquiátricas como con los resultados de los estudios científicos que se lleven a cabo.

 

En el estudio participan dos empresas y dos grupos de investigación en salud mental (uno del Hospital Universitario Pere Mata, liderado por la Dra. Elisabet Vilella, y otro de la Universidad de Valencia).

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