La URV publica un estudio sobre la identidad de género y las apps de citas

13 de diciembre de 2023 a las 17:40h

Solo algunas aplicaciones de citas rompen con las identidades de género estáticas y binarias y ofrecen una lista de categorías de género e identidad sexual. Esta es la principal conclusión de un estudio liderado por Giulia Campaioli, investigadora Martí i Franquès COFUND del Departamento de Antropología, Filosofía y Trabajo Social de la Universidad Rovira i Virgili (URV), que ha analizado cómo se comportan en este sentido 12 apps de citas móviles.

Cada vez más personas conocen gente nueva y fomentan nuevas conexiones en línea en lugar de encontrarse en persona a través de amigos, en el trabajo, etc. Como explica Campaioli, “el origen de estas apps se remonta a anuncios personales en periódicos y agencias matrimoniales, y sigue con el desarrollo de los primeros sitios web de citas a principios de la década de 1990 y con la primera aplicación de citas a finales de la década de 2000”. Actualmente hay una amplia gama de aplicaciones de citas disponibles y se estima que las utilizan más de 300 millones de personas en todo el mundo. Aun así, pocos estudios han investigado cómo se construye el género a través de las posibilidades de categorización en el proceso de creación de perfiles en estas apps.

La investigación puso el foco en las posibilidades que ofrecen estas apps a la hora de categorizar, por parte de la persona que las utiliza, cuál es su género y su identidad sexual. La investigadora se sumergió en 12 apps: Grindr, Tinder, Badoo, Once, happn, Feeld, Romeo, Her, Zoe, OkCupid, LOVOO y Taimi. De sus conclusiones destaca que aplicaciones populares como Tinder y Badoo agrupan las identidades “no conformes” con una categoría llamada “otra”, que “realmente no admite identificación no binaria, ya que los usuarios se ven obligados a seleccionar un género alineado binariamente que informa al algoritmo”, explica Campaioli.

 

Para extraer los datos del estudio, la investigadora hizo recorridos por las apps como una nueva usuaria que registraba una cuenta. En esta inmersión, clasificó las aplicaciones en tres grupos: binarias, que mantienen una comprensión de género claramente binaria y estática; list, que proporciona identificadores de género plurales y dinámicos y, finalmente, ternary, que ofrece identificadores de géneros y sexualidad diversos, pero también obliga a las personas que utilizan estas apps a decidir si quieren ser incluidas en las búsquedas de hombres o mujeres.

Durante su inmersión comprobó que, cuando se trata de sexualidad, aunque los usuarios pueden seleccionar una etiqueta de identidad sexual de una lista, se ven obligados a elegir una de las tres opciones para los perfiles que desean ver: hombres, mujeres o ambos. Una vez más, este diseño materializa el género como una categoría binaria, si las personas pueden estar interesados en hombres, mujeres, o ambos.

 

Si bien todas las aplicaciones de citas ofrecen a los usuarios la capacidad de modificar sus identificadores de sexualidad, las aplicaciones clasificadas dentro del clúster binario no permitían que estas personas cambiaran su género sin buscar ayuda del servicio de atención al cliente. Esta opción de diseño, para la autora del estudio, tiene por objeto evitar que los hombres que estén frustrados con las restricciones de mensajería puedan eludir las limitaciones adoptando temporalmente una etiqueta de género femenino.

Por otro lado, el resto de aplicaciones permiten a los usuarios cambiar su identidad de género al menos dos veces. “Esto refleja una comprensión más flexible y dinámica de la identidad de género”, explica Giulia Campaioli. Estas opciones de diseño influyen en la experiencia de los usuarios de formas complejas que dependen de la interacción entre usuarios, los algoritmos y las personas que desarrollan la plataforma.

Foco de acoso y violencia

Las personas LGBTQAI+ han estado utilizando estas tecnologías desde sus inicios. Grindr se ha convertido en una de las primeras aplicaciones a introducir la geolocalización y atender a hombres que buscan hombres. Muchas empresas de aplicaciones de citas han implementado políticas compatibles con LGBTQAI+ para crear espacios seguros para todos los usuarios. A pesar de los intentos, Campaioli afirma que “parece que los usuarios no conformes con el género y la sexualidad continúan enfrentándose a diversas formas de acoso, violencia y censura en estas plataformas.

También son vulnerables a formas más sutiles de violencia simbólica incrustadas en el diseño de las tecnologías digitales” y, a la vez, “las características relacionadas con el género y la sexualidad sirven como estrategias de recopilación de datos para las plataformas móviles de citas, que utilizan, analizan y venden estos datos para, por un lado, el funcionamiento de la plataforma, y por otro lado, los intereses corporativos”, apunta la investigadora.

En la compleja interacción entre plataformas-usuarios-algoritmos, los datos de género y sexualidad juegan un papel central en la recomendación de perfiles a los usuarios. Sin embargo, el funcionamiento interno de estos algoritmos a menudo es difícil de conocer, lo cual dificulta comprender cómo influyen en la experiencia de los usuarios.

 

Necesidades de las personas lesbianas y queer

“Investigaciones futuras deben centrarse en comprender las experiencias de las mujeres queer y lesbianas que se encuentran con perfiles de hombres que parecen cisgénero y mujeres heterosexuales con el fin de investigar la influencia de los algoritmos y las posibilidades de categorización de género y sexualidad en las experiencias de los usuarios”, sugiere la investigadora.

Este estudio, que ha publicado un número especial de la revista científica About Gender para artículos temáticos sobre la construcción del género y la sexualidad en y a través de los medios móviles, ha recibido financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en el marco de las Acciones Marie Sklodowska-Curie y de la URV.