El pasado lunes 18 de enero el Departamento de Salud puso la vacuna contra la covid-19 a las personas residentes y a los trabajadores y trabajadoras de la residencia de ancianos Mar y Cel de Creixell, una residencia privada con plazas concertadas.
Una vez completada la vacunación, la dirección de la residencia comunicó a la Concejalía de Bienestar Social y Personas Mayores del Ayuntamiento de Creixell que habían sobrado seis dosis de la vacuna. Ambas partes coincidieron en que las dosis sobrantes se pondrían a personas mayores del municipio, de acuerdo con los parámetros del Departamento de Salud, que sitúa a los ancianos y ancianas entre los colectivos prioritarios para recibir la vacuna. En concreto, las vacunas sobrantes se pusieron a cinco ancianas y un anciano de más de 70 años.
La concejala de Bienestar Social y Personas Mayores, Chelo Picón, ha agradecido a la dirección de la Residencia de Ancianos Mar y Sol "su predisposición para poner las vacunas sobrantes a otras personas mayores del municipio que también la necesitaban". Picón ha puesto como ejemplo esta residencia de Creixell "para evitar la mala imagen causada por otros centros, que han suministrado vacunas sobrantes a familiares o a cargos sin ser colectivos prioritarios".
Finalmente, la concejala pide al Departamento de Salud "que haga llegar un protocolo claro a los centros sanitarios y residenciales que determine qué uso se debe hacer de las dosis sobrantes para evitar que haya centros que hagan un uso fraudulento o inadecuado".