Las instalaciones del Mas dels Frares de la URV, donde estudiantes de la Facultad de Enología disponen de una bodega y una finca, cuenta con un nuevo campo de formación de viña. Profesorado de la facultad ha impulsado esta iniciativa con el objetivo de proporcionar a estudiantes un entorno de pruebas para familiarizarse con las técnicas relacionadas con el emparrado y la formación de la planta cuando aún es pequeña.
Aparte de ofrecer aproximaciones poco frecuentes a esta tarea, propias de otros países, el nuevo campo de formación constituirá una fuente de información sobre cómo los diferentes modelos de formación se adaptan al calentamiento global y a la sequía, que impulsará futuras investigaciones en el departamento.
Los sistemas de conducción son los diferentes métodos de configuración de la planta, las diferentes maneras de guiar el tallo, en este caso de una cepa, desde que es pequeño hasta que alcanza la productividad. Las diferentes técnicas afectan la morfología de la planta adulta y, por lo tanto, a los niveles de insolación que ésta recibe, tanto en las hojas como en las uvas. También a la accesibilidad a la hora de aplicar tratamientos, a la reacción de la viña a climas extremos o a la altura de la planta respecto al suelo, entre otros. Todos ellos son factores importantes que afectan directamente la productividad y las técnicas de cultivo y los tratamientos.
“¿Por qué no hacemos una viña diferente, como las que se hacen en Australia o en Italia y así los alumnos no tienen que ir a Australia o a Italia para verlo?”, se preguntaron la profesora de la URV Sumpta Mateos y sus compañeros del Departamento de Enología, Míriam Lampreave y Antoni Sánchez. De esta manera impulsaron esta iniciativa que, además de mostrar técnicas de conducción alternativas a estudiantes de Enología de la URV, les permite conocer y familiarizarse con el proceso de plantar viña: “Es importante que conozcan la maquinaria necesaria, que sepan que se deben hacer análisis de suelo…”, explican. En cuanto a las variedades, se plantó Macabeo —variedad insignia de la D.O. Tarragona—, Tarragoní —variedad prefiloxérica autóctona—, Cabernet, Ull de Llebre y otras, para que los alumnos puedan experimentar las diferencias.
El nuevo campo experimental de conducción de viña también permitirá a investigadores realizar estudios sobre cómo la formación de la planta afecta a la misma planta: “Si formamos la misma variedad con diferentes sistemas de conducción podremos estudiar parámetros productivos, superficie foliar expuesta, tasa de fotosíntesis, adaptación a la sequía…”, observa Sumpta Mateos. De esta manera, también sería posible comparar parámetros cualitativos de los mostos y vinos derivados de cada sistema y comprobar cómo estas cepas se adaptan al cambio climático. Se prevé que, en los próximos años, el calentamiento global y la sequía supondrán un cambio de comportamiento de las viñas del territorio catalán. Los investigadores del Departamento de Enología de la URV ya realizan investigaciones para mitigar los efectos estudiando, por ejemplo, cómo afecta el momento de poda a parámetros como la longitud de los sarmientos o a la producción por planta.