La escuela La Portalada de Altafulla se convertirá en la primera de la demarcación de Tarragona que dispone de una máquina de compostaje. Con su instalación, el centro educativo podrá gestionar las casi cuatro toneladas de residuos orgánicos generadas anualmente en la cocina y el comedor, y aprovechar el compost producido para fertilizar el huerto escolar. Este miércoles, 25 de octubre, se puso en funcionamiento la máquina con los primeros 21 kilos de restos orgánicos procedentes de la comida. El proyecto, que cuenta con el apoyo de la Diputación de Tarragona, es una de las acciones descritas en el Plan Local de Prevención de Residuos que el Ayuntamiento de Altafulla aprobó en el año 2022 y forma parte del proyecto “Revolta” de gestión descentralizada de residuos orgánicos que la Cooperativa Tarpuna desarrolla desde hace más de 6 años. “Revolta” tiene el objetivo de recuperar prácticas sensatas y saludables de gestión de los residuos orgánicos para reconectar la ciudad y los agricultores.
La co-alcaldesa y concejala de Medio Ambiente, Alba Muntadas, ha señalado que este proyecto se puede extender a otros comedores escolares del municipio y ha resaltado la parte pedagógica en torno a evitar el despilfarro de la comida. “Es un proyecto de economía circular y generación cero de residuos. Y parte del compostaje que generamos se utilizará en los huertos sociales de La Sínia. Todo queda cerca”, ha afirmado Muntadas. La concejala de Educación, Eva Martínez, ha destacado que es un proyecto “novedoso e innovador” en la demarcación de Tarragona gracias a la implicación de muchos actores diferentes y espera que pronto se haga extensivo a otros centros educativos del municipio.
La diputada de Transición Ecológica de la Diputación de Tarragona, Carme Ferrer, ha definido el proyecto como “muy interesante” porque vincula a diferentes agentes sociales del municipio de Altafulla y porque “hace pedagogía entre los niños, quienes tendrán que gestionar el futuro”. Ferrer ha explicado que la Diputación hace tiempo que trabaja en acciones relacionadas con el cambio climático y este proyecto de Altafulla encaja muy bien, ya que es una propuesta integral. Por su parte, la directora de la Escuela La Portalada, Cristina González, ha indicado que serán los alumnos quienes midan los restos y los introduzcan en la máquina, además de aprovechar el compost para el huerto escolar.
Funcionamiento de la máquina
La máquina, instalada en el huerto de la escuela La Portalada, realiza un primer proceso acelerado de digestión de los residuos orgánicos gracias a proporcionar una temperatura y volteo constante, lo que permite conseguir una rápida reducción del volumen de los residuos y su estabilización sin malos olores para obtener un primer material o pre-compost. Con la colaboración del Huerto de la Sínia, este material finalizará su proceso de compostaje y maduración en la finca de la Asociación, para posteriormente ser reutilizado en el proyecto de Huerto social y terapéutico de la Sínia así como en las actividades del huerto escolar de la Portalada. “Se logra de esta manera cerrar el ciclo de los residuos orgánicos de la escuela enfatizando su correcta gestión a escala local y aprovechando sus valores didácticos y sociales”, apunta el técnico del proyecto, Ton Aymemí.
La máquina instalada en el huerto de la Portalada tiene una capacidad de tratamiento aproximada de 12 toneladas anuales, por lo que, el Ayuntamiento y la escuela se plantean opciones complementarias para optimizar el potencial de la máquina. En este sentido, y para dar continuidad al proyecto, se estudiarán posibilidades como poder gestionar la recogida de restos orgánicos de algunas familias de la escuela, vecinos y vecinas que quieran participar o incorporar la recogida de la cocina y comedor de la Escuela El Roquissar. Este proyecto es una iniciativa del Ayuntamiento de Altafulla y la Escuela La Portalada y cuenta con el apoyo y financiación de la Diputación de Tarragona a través de una subvención de 10.000 euros. Dentro de la convocatoria de 2022 para apoyar la Transición energética y Acción climática, y también la colaboración de la Asociación de Familias de la escuela y la Fundación En Xarxa, responsable del servicio de cocina y comedor. El coste total del proyecto está alrededor de los 21.000 euros.