El pasado mes de junio se cumplió el primer año de mandato después de las elecciones de mayo de 2019. En su caso revalidó la alcaldía. ¿Qué valoración hace de estos meses (del nuevo mandato)? (Dejando la crisis de la Covid-19 a un lado, hablaremos en la próxima pregunta). En esta legislatura ha habido una renovación muy importante de los concejales y concejalas que forman parte del equipo de gobierno, y esto, quieras o no, hace que el primer año haya sido para situarnos. Sin embargo, el hecho de que revalidara la legislatura anterior ha servido para hacer de balanza y para que este primer año de mandato no haya sido un annus horribilis, que es lo que suele pasar cuando entras nuevo en algún lugar. Además, hemos podido seguir con el proyecto que veníamos trabajando desde Alcoverencs pel Canvi (ApC). Por lo tanto, el primer año lo doy por muy positivo, hasta llegar a la situación actual que, por desgracia, ha sobrevenido a todo el mundo.
Desgraciadamente, y como decía, nos hemos visto inmersos en una grave crisis sanitaria. ¿Cómo se está gestionando la pandemia de la Covid-19 desde el Ayuntamiento? El choque inicial que se produjo en marzo fue importante. Lo que pasó es que había un desconocimiento total de cómo se debía actuar, como ha pasado en todas partes. Había informaciones y contrainformaciones que dificultaron gestionar el día a día de la pandemia. Aún así, desde el Ayuntamiento hemos intentado ser muy coherentes con la gestión de la Covid-19, y siempre hemos tratado de buscar la mejor solución para los habitantes de Alcover.
Debo añadir que por el número de casos positivos que ha habido en el municipio hasta el día de hoy (y toco madera) se ha demostrado que Alcover ha sido una zona controlada. No nos hemos desmarcado de lo que podría ser una situación de riesgo. Mañana no sabemos cuál será la situación, pero lo que hemos hecho hasta ahora ha sido tomar medidas necesarias. Cuando aún no se habían cerrado equipamientos, el Ayuntamiento tomó la decisión de cerrar todo aquello que era de competencia municipal. A los pocos días fue cuando se cerró todo el país con la declaración del Estado de Alarma.
El sector del comercio y de la Hostelería se están viendo muy afectados por la pandemia. ¿Qué medidas ha puesto en marcha el Ayuntamiento para hacer frente a esta situación? En este aspecto podemos separar dos tipos de ayudas. Como bien decías, unas que van dirigidas al sector comercial y de la restauración, y otras enfocadas al sector asistencial, que es básico en época de Covid y que ha sido muy necesario.
En cuanto a la restauración, desde el Ayuntamiento hemos dado ayudas con las competencias que son realmente nuestras. Por ejemplo, una de las bonificaciones que se aplicaron, y que siguen y seguirán en vigor, es la exención de la basura para todos los comercios que tuvieron que cerrar. Es evidente que si un restaurante no genera actividad, ¿por qué debe pagar la parte proporcional de la basura?
Otra de las bonificaciones que hemos aplicado ha sido la exención de pagar las terrazas en época de Covid y la ampliación de esta zona gratuitamente. Me explico, si reducimos la capacidad en el interior de los locales, de acuerdo con la normativa para frenar la pandemia, y lo que queremos es rehacer la actividad económica, es necesario ampliar las terrazas, y sin ningún coste para los propietarios de los locales.
Por otro lado, y en cuanto a los comercios locales, lo que se permitió es que todos aquellos que lo desearan, pudieran colocar sus escaparates en el exterior sin tener que pagar la ocupación de la vía pública, eso sí, siempre que lo permitieran y avalaran los servicios técnicos del Ayuntamiento. Aparte de la exención de la basura en momento de pandemia que hemos comentado.
Lo que también hemos puesto en marcha desde el Consistorio, y que se ha aprobado hace unos días, es una bonificación para ayudar a aquellos que quieran hacer una reforma en el interior del local. En este caso, el impuesto de construcción queda bonificado al 95%, ya que la ley no permite que sea al 100%.
Si hablamos del tema asistencial, desde el Ayuntamiento hemos intentado dar salida a las personas que han sufrido dificultades durante la pandemia. En este caso detectamos que había carencia de alimento fresco, y lo que hemos hecho ha sido proporcionarlo a todas aquellas familias que lo han necesitado y que los servicios sociales lo han avalado.
Aparte, en el terreno de la enseñanza, también hemos tomado medidas para resolver la "brecha digital". El Ayuntamiento ha comprado ordenadores y se ha dotado de una conectividad a Internet para poder ofrecer a quien lo ha necesitado. Una acción que quizás debería haber hecho el Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya, pero que nosotros, como Ayuntamiento, no podíamos esperar, y por tanto nos avanzamos. Esta es una cuestión primordial, y de hecho una de las primeras acciones que tomamos.
Hablemos de la feria de Bandoleros y la Fiesta Mayor que, desgraciadamente, se han tenido que cancelar. ¿Qué ha supuesto esto para el pueblo? La decisión de suspenderlo todo ha sido muy difícil. Pero no había otra opción. En el caso de la Feria de Bandoleros, que es el acto de promoción económica más importante de Alcover, no se podía tener un control de acceso a todas las entradas del pueblo, así como tampoco del mercado artesanal del núcleo, donde las calles son muy estrechas, ni garantizar las distancias... era logísticamente inviable. Ha sido una decisión muy dura que hemos tomado todos los representantes políticos del pueblo, y esto ha ayudado a que la gente del pueblo lo entienda.
Por otro lado, teníamos el apoyo de hacer una fiesta mayor adaptada, pero dos días antes salió el PROSICAT (Departamento de Salud) anunciando el cierre de bares y restaurantes. Por lo tanto, tuvimos que cancelarlo todo. Es un tema de responsabilidad, ya que la Fiesta Mayor es una fiesta para socializar, y si tenemos los bares y restaurantes cerrados... no tiene mucho sentido. Nuestra obligación, aunque sea triste, era la de suspender, también, la Fiesta Mayor.
Finalizado el Estado de Alarma, los destinos rurales y entornos naturales han sido un reclamo para mucha gente. En Alcover, en concreto, se han tenido que tomar medidas restrictivas para frenar la avalancha de visitantes al Nido del Águila. ¿Cree que se deberían tomar medidas más restrictivas? Aquí hay dos temas importantes. El valle del río Glorieta anterior al Covid, y el valle del río Glorieta posterior al Covid.
La problemática en los entornos naturales no es de ahora. Hace tiempo que en el pueblo estamos intentado aplicar políticas para reducir, principalmente, el incivismo en el valle. A veces son efectivas y a veces no... En este sentido, podemos aplicar toda la imaginación y las políticas que podamos, pero llega un punto en que es imposible. Y precisamente esto es lo que ha pasado este verano, cuando nos hemos visto desbordados por una masificación de personas.
Ante esta situación, hemos tenido que ser más restrictivos con las entradas y salidas del valle, y no sólo por la masificación, sino también por el tema del incivismo y el alto riesgo de incendio. En este sentido, hemos contactado con el Departamento de Interior de la Generalitat para buscar soluciones. Pero mientras esto no llega, lo que hicimos en aquel momento fue cerrar el aparcamiento de la Ermita del Remei cuando su aforo sobrepasaba la mitad, y también la entrada al valle. De esta manera minimizamos el volumen de personas en el valle.
Que las montañas de Prades se declaren como Parque Natural permitiría un mayor control de la zona. ¿Ve viable esta opción para un mayor control? Efectivamente, pero mientras esto no pase, y con el apoyo del Departamento de Interior de la Generalitat y de la Diputación de Tarragona, lo que hacemos es generar unas ordenanzas municipales que nos permitan regular todo el valle. Unas acciones que si tuviéramos el Parque Natural no nos harían falta.
El Parque Natural debe venir ligado con una aportación económica que debe marcar muy claramente la Generalitat de Catalunya. Y con él debemos poder regular todas las actividades que realmente se pueden hacer dentro de las montañas de Prades.
Uno de los grandes proyectos que ahora mismo están en marcha es la construcción de la central de biomasa. Un proyecto que cuenta con el apoyo de la Diputación de Tarragona y que prevé múltiples beneficios como es la dinamización del sector forestal y el impulso de la economía circular. ¿Nos puede hacer cinco céntimos de lo que significa para el pueblo la instalación de esta central? Este proyecto va muy relacionado con lo que veníamos comentando; con el futuro de lo que deben ser las Montañas de Prades. Una de las cosas más importantes que queremos conseguir con la central de biomasa es eliminar el combustible fósil que nos llega de fuera. Queremos que la energía se genere a través de recursos de nuestro territorio. ¿Y de dónde sacamos estos recursos? De las montañas. Debemos sacar astilla de nuestros bosques.
Para situarnos, el proyecto de la central de biomasa comenzó a plantearse en el año 2009. Aunque recibimos una subvención de 350 mil euros por parte de la Generalitat para sacar adelante la central, que tiene un coste de 700 mil euros, cuando llegué al Ayuntamiento en 2015, recibimos una carta del presidente, en aquel momento Artur Mas, donde decía que la central de biomasa es un buen proyecto, que cumplíamos con las bases y que teníamos concedida la subvención, pero que no había dinero para efectuarlo. Ante esta situación decidimos aparcar, temporalmente, el proyecto.
Desde entonces, han salido otras vías de financiación, como es el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). En este sentido, la construcción de central de biomasa clavaba al 100% estas líneas de ayuda en el ámbito medioambiental. Únicamente nos fallaba el ser un municipio de 5.000 habitantes, y mínimo, para presentarte a un FEDER, se necesita una entidad supramunicipal o 20.000 habitantes, y nosotros no cumplíamos ninguna de las dos.
A partir de aquí, decidimos contactar con la Diputación de Tarragona, que vieron con buenos ojos presentar el proyecto conjuntamente con otras 8 centrales de toda la provincia de Tarragona. Si no hubiera sido por la Diputación no nos hubiéramos podido presentar a los FEDER. De hecho, vieron tanto valor en el proyecto, que decidieron participar con un 25% del presupuesto. Por lo tanto, con el 50% de la subvención FEDER, y el 25% de la Diputación, el Ayuntamiento asumirá el 25% restante.
Dicho esto, la central en sí, si no podemos sacar astilla de nuestros propios bosques, no tiene sentido. Si la hacemos traer de Italia, por ejemplo, ¿qué ganamos? Nada, ya que estamos teniendo unos costes y con el transporte emitimos Co2 y no tendremos ningún beneficio para el medio ambiente. Por lo tanto, debemos intentar liderar y conseguir que nuestros propietarios forestales puedan extraer astilla de los bosques y sacar un beneficio. ¿Esto cómo se ha conseguido? Al ser socios de la Asociación de propietarios forestales de Tarragona, desde el Consistorio hemos pedido subvenciones al Departamento de Bosques de la Generalitat de Catalunya para que nos permita llevar a cabo la redacción de un plan de gestión conjunta forestal sostenible. Y por eso pedimos a todos los propietarios forestales que se apunten, para poder obtener el plan de gestión a coste cero, ya que la diferencia entre la subvención y el 100% se hará cargo el Ayuntamiento. Una vez se tenga este plan de gestión ya se podrá extraer la astilla para venderla.
Por lo tanto, es importante recalcar que estamos trabajando en un proyecto muy global. No son sólo 4 paredes. La central de biomasa es un impulso para trabajar la economía circular, para poder conseguir que nuestros propietarios forestales puedan extraer un beneficio de unos bosques que, a día de hoy, están abandonados. Además, también reduciremos el riesgo de incendio forestal. Y todo esto es básico para solucionar los problemas que comentábamos antes de masificación. Por lo tanto, estamos ante un proyecto mucho más importante de lo que, aparentemente, nos pensamos.
El Convento de las Artes es una de las joyas del pueblo. Ahora mismo toca la fase de rehabilitación de una de las plantas donde está previsto poner habitaciones para los artistas, un comedor y una sala de estar. ¿En qué punto se encuentra? Ahora mismo, estamos trabajando en la restauración de una de las alas del convento. Esta zona tendrá una capacidad para acoger a un total de doce personas, y dispondrá de una gran terraza, desde donde se puede ver todo el campo de Tarragona, así como zonas comunes como puede ser una cocina, zonas de descanso...
De hecho, esta parte de las obras de recuperación han comenzado este lunes, 26 de octubre, y esperamos tenerlas terminadas de aquí unos cuatro meses. Cuando finalicen, el Convento de las Artes verá la luz como residencia de artistas.
Dicho esto, hay que recordar que las dos primeras fases se llevaron a cabo en una época en la que no estábamos en crisis, pero cuando entramos tuvimos que replantear las cosas y hacer proyectos más pequeños. Aparte de estudiar la viabilidad del proyecto que hemos demostrado que es real.
El Convento de las Artes nos hace únicos en todo el territorio y esto nos permitirá seguir adelante para conseguir el objetivo final.
Hace muy poco anunciasteis el proyecto ganador de los presupuestos participativos. Este año la participación ha sido de 131 votos. ¿Satisfecho con el nivel de participación de la ciudadanía? Este año han sido poco participativos. Todo el tema del Covid ha afectado mucho. Los años anteriores han funcionado muy bien, ya que había propuestas que venían apoyadas por una entidad. El primer año por el Club Deportivo de Alcover, y el segundo estuvo liderado por la escuela Mare de Déu del Remei. Este año hemos sumado todos los condicionantes negativos que puede haber. Entramos en Estado de Alarma cuando se tenían que hacer las votaciones iniciales de los presupuestos participativos. Tuvimos que modificar el reglamento para cambiar las fechas, ya que cuando se tenían que hacer estábamos confinados... Todo un seguido de circunstancias que han complicado el proyecto, provocando un desgaste y una no aceptación por parte de la población, ya que ahora mismo las preocupaciones son otras. Todo esto ha hecho bajar la participación.
Dicho esto, también debemos hacer autocrítica y buscar otras maneras para captar la atención de la gente e incrementar su participación.
La propuesta ganadora ha sido la de las cubiertas para cobijo en los dos accesos de la escuela y guardería. ¿Cuál es el calendario previsto para hacer realidad este proyecto? Tenemos intención de que esté hecho a finales de año, principios del siguiente.
Para terminar, como alcalde, ¿qué mensaje quiere dar a los alcoverenses y alcoverenses en este momento? Pido tolerancia y paciencia. A veces se toman decisiones que no son del agrado de todo el mundo, pero cuando se toman son por un bien global. Y también tener en cuenta que es una situación que no es agradable para nadie, pero pasará, y nuestro pueblo volverá a ver la luz y podremos disfrutar, nuevamente, de nuestro entorno. Esperamos que, poco a poco, recuperemos los ánimos.