La instalación de la fibra óptica se terminó en Sarral hace un año, de la mano de la compañía Orange, en un proyecto aprobado por el Ayuntamiento durante el anterior mandato. A pesar de ello, en la actualidad solo la mitad de las viviendas de Sarral disponen de esta herramienta imprescindible en la transmisión eficaz de los datos, y la fijación de población y empresas al territorio. Ahora mismo, muchos vecinos y vecinas aún tienen dificultades cotidianas para conectarse a Internet con calidad y velocidad para poder trabajar, hacer formación, disfrutar del ocio y la cultura que ofrecen las operadoras. O seguir con normalidad las clases de apoyo escolar.
Durante el confinamiento, esta situación se ha agravado: "Somos plenamente conscientes de la problemática y son muchos los sarralenses que se nos han dirigido para quejarse. En el propio edificio del Ayuntamiento ha tardado un año en llegar la fibra... Es un problema heredado, porque no se veló correctamente por el despliegue que hacía la operadora, que al final es la encargada de llevarlo a cabo", explica Ricard Miquel, concejal de Nuevas Tecnologías.
El nuevo gobierno está convencido de que "el acceso a Internet es una necesidad básica, casi diría que un derecho, de los ciudadanos y las ciudadanas. Y también es imprescindible para hacer funcionar los negocios y la economía. Por eso, tenemos claro que hay que solucionarlo, y ya trabajamos con Orange en un nuevo plan para que el despliegue sea integral y pueda llegar a todos los edificios", afirma Miquel.