Creixell, en la comarca del Tarragonès, es una población situada a medio camino de todas partes, justo a medio camino entre Tarragona y El Vendrell, en el Baix Penedès. Sin embargo, Creixell mira hacia Tarragona y forma parte de la Costa Dorada con honores y reconocimientos, con sus 2 km de playa. Su capacidad turística hace que sus casi 4000 habitantes habituales puedan llegar a multiplicarse por 5 o 6 durante los meses de verano. Para decirlo brevemente, en su término hay 11 urbanizaciones y 5 campings, ni más ni menos.
El alcalde de Creixell, Jordi Llopart, hace un balance de la legislatura que termina, en esta entrevista en exclusiva para La ciudad.
La legislatura está llegando a su fin y es hora de hacer balance. ¿Qué valoración harías?
Esta legislatura ha sido especialmente complicada, ya desde su comienzo. De hecho, este es mi tercer mandato y en 12 años frente al Ayuntamiento nunca había vivido nada parecido a la pandemia. Ni yo ni mi equipo. Por lo tanto, si bien no teníamos experiencia en algo tan grave como un confinamiento, la paralización de todo el pueblo, sí que la teníamos en gestión municipal y por lo tanto, hicimos todo lo que estaba en nuestras manos para que la gente de Creixell estuviera tan bien atendida como fuera posible. Reforzamos la limpieza, seguimos todas las normas y prescripciones que nos pedían desde la Generalitat, seguimos al pie de la letra todo lo que se nos ordenaba, por el bien de la población y por su seguridad y salud. Entonces, poco a poco, la situación se fue haciendo más leve y hasta hoy. Creo que podemos decir que, a pesar de todo, hemos salido y eso ya es mucho.
Creixell, que es una población tan turística, ¿ha recuperado por completo sus servicios y la oferta que tenía antes de la pandemia?
Sí, a estas alturas sí. Ha costado, porque ha sido mucho tiempo y algunos negocios han sufrido mucho, pero lo cierto es que este verano y ahora que empieza la temporada veraniega, Creixell vuelve a estar en plena forma. Los hoteles, restaurantes, todo está a disposición de nuestros visitantes.
Cuando hablamos de gestión municipal, en muchas ocasiones nos referimos a lo que vemos cada día y lo que la gente queremos, es que nuestras calles estén limpias y ordenadas, que den gusto... ¿Qué proyectos habéis llevado a cabo en este sentido en Creixell?
Creixell es un pueblo que se enorgullece de ser como es, que tiene una personalidad muy marcada y que llama la atención de muchos turistas. Por eso las obras y especialmente la limpieza, es muy importante.
En este aspecto parece que Creixell tiene un problema de primer orden, ya que está considerado como una de las poblaciones que peor recicla. ¿Qué piensa?
El Ayuntamiento pone a disposición de la ciudadanía todas las herramientas para que el trabajo de reciclaje se lleve a cabo de forma correcta. Ahora bien, muy a menudo estamos en manos de vecindario que muestra su incivismo dejando objetos voluminosos en la calle. Después de haber hecho campañas de sensibilización e incluso de educación, todavía nos encontramos con este problema. Queremos evitar, a toda costa, que el Ayuntamiento acabe sancionado por la Generalitat o por el Ministerio, porque por nuestra parte ponemos todas las facilidades al vecindario, y más que pondremos de cara a la próxima legislatura que comenzaremos.
Los ayuntamientos están asumiendo una asignatura muy importante, que es el proceso de descarbonización y de ahorro energético. ¿Cómo lo estáis haciendo en Creixell?
Sí, nosotros también somos sensibles a este tema. Por eso hemos hecho una inversión importante, con el objetivo de cambiar la iluminación de las calles y las dependencias municipales e instalar luces LED en todas partes, especialmente en el alumbrado público. Además del ahorro económico que representa, también es un beneficio para todos. También hemos instalado placas fotovoltaicas en los edificios municipales. Este es un primer paso importante, y ya está dado.
El Ayuntamiento de Creixell arrastra una deuda que es casi histórica. ¿Qué puedes explicar desde tu posición de alcalde?
Esta es mi tercera legislatura, es decir, que hace 12 años que soy alcalde de Creixell. En el momento en que pusimos los pies en el Ayuntamiento lo primero que encontramos fue una deuda de más de 13 millones de euros. Esto, para una población como Creixell, con sus 3.500 habitantes, es inasumible y muy difícil de revertir sólo con la acción municipal. Era todo un reto, pero mi equipo de gobierno y yo mismo, lo aceptamos. Puedo decir con orgullo que, en este momento, aquella deuda estratosférica de 13 millones de euros, se ha reducido hasta llegar a los 5 millones. Todavía son mucho dinero, pero el objetivo es seguir reduciendo el déficit lo máximo posible, hasta sanear las arcas municipales. Por el bien de Creixell y de sus habitantes, nuestro deber es trabajar en este sentido para evitar la intervención.
La actividad cultural y el tejido social de Creixell son muy importantes y muy activos.
Es cierto. También lo es que con la pandemia, el ánimo de la gente se enfrió un poco y que ha costado remontar esta actividad cultural hasta el nivel que teníamos, pero poco a poco nos estamos saliendo. Precisamente la cultura y todas sus manifestaciones han sido uno de los motores de recuperación. Tenemos entidades de todo tipo, un patrimonio histórico y arquitectónico muy significativo, diferentes equipamientos culturales como la casa de cultura “Cal Cabaler” y la biblioteca y el archivo histórico municipal que hacen muchas actividades para todas las edades, y además, estamos en una posición geográfica privilegiada, lo que nos convierte en una población muy turística y atractiva.
¿Jordi Llopart, repetirá de cara al próximo mandato?
Espero que sí. Mantengo la ilusión de continuar con el trabajo que hay en marcha y de mejorar aún más la situación del pueblo. Por lo tanto, si la gente me da su confianza, sí, quiero volver a repetir. Por eso precisamente, nos presentamos mi equipo y yo. Queda mucho trabajo por hacer y queremos hacerlo bien hecho.