Tras la constitución de una gestora para dirigir la agrupación local, fuentes consultadas explican a La Ciutat el origen de las discrepancias con la portavoz municipal, Imma Morales. Insisten en que el distanciamiento actual no es consecuencia directa de su voto favorable a los presupuestos municipales, sino que responde a una cuestión de fondo sobre el funcionamiento interno y la estrategia de futuro del partido en el municipio.
Falta de fluidez en la comunicación
Según explican las fuentes, el conflicto radica principalmente en la dificultad para establecer canales de comunicación efectivos entre la concejala y el resto del partido. Señalan que se ha echado en falta la transferencia de información sobre la actividad municipal. En este sentido, apuntan que la concejala habría rechazado participar en diversas reuniones propuestas por la ejecutiva, tanto encuentros internos para rendir cuentas de la gestión y de las negociaciones presupuestarias, como actos con vecinos de la localidad.
Habría una negativa de cooperación en el momento de toma de decisiones. Esta falta de coordinación es lo que ha generado el malestar, más allá del sentido del voto en un pleno concreto
El clima de distanciamiento se hizo patente en la última asamblea local, donde se debía formalizar la situación de la gestora. Según las mismas fuentes, la concejala hizo acto de presencia, pero abandonó la reunión pocos minutos después de empezar.
Estos movimientos, incluida la negativa a seguir los acuerdos de asamblea, se consideran como una posición que podría buscar una salida forzada. La actitud de la concejala podría responder a una voluntad de situar la responsabilidad de la ruptura en otros agentes y no en su comunicación con el resto de la agrupación.
