La Empresa Municipal Mixta de Aguas de Tarragona está llevando a cabo una serie de acciones para mejorar los recursos propios que aseguren el suministro de agua de calidad. Se trata, tal y como explica el presidente de la compañía, Jordi Fortuny, "de iniciativas orientadas a garantizar la disponibilidad del recurso a través de las captaciones propias de la compañía y hacer un uso sostenible y eficiente de este frágil recurso aumentando la autonomía con todas las garantías para la población".
Así, en un contexto de estrés hídrico y que se ha visto agravado en los últimos meses por la falta de lluvias, Ematsa se ha dotado de un estudio de los acuíferos del entorno para conocer los volúmenes disponibles y extraíbles de manera sostenible. Con esta información ha impulsado la construcción y rehabilitación de captaciones en los pozos de Renau y Soler Bas y ha puesto en marcha el proyecto de construcción de dos plantas de tratamiento para mejorar la calidad del agua. Además, está iniciando un proyecto de protección de la Mina del Arzobispo y de mejora de su eficiencia hidráulica.
Junto con las acciones en captaciones, también se está elaborando un plan de infraestructuras en alta para establecer la máxima interconexión posible entre los puntos de extracción y las redes de suministro que permita la rápida circulación de agua para abastecer a la población en casos de emergencia.
Apuesta por la resiliencia
Ematsa ha apostado en los últimos años, y especialmente a raíz de las averías en la tubería del Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) que supusieron cortes de más de 36 h, por diversificar, mejorar y aumentar los recursos propios y, de esta manera, poder garantizar el suministro de agua.
El presidente señala: "entendemos la resiliencia desde el punto de vista de la disponibilidad del recurso con calidad, pero también desde la sostenibilidad económica". Fortuny añade que "una dependencia total del CAT supone un riesgo, tanto operativo como económico". En este sentido, Ematsa ha mantenido congeladas las tarifas durante 2021 y 2022, período durante el cual el CAT ha incrementado el precio, hasta el momento, un 26%.
La compañía de aguas sigue su hoja de ruta para los diez años venideros, el VIA 2030, que fija las líneas de trabajo para asegurar el servicio esencial con eficacia y eficiencia y preservando el entorno. Entre las acciones previstas, se fijan estas actuaciones encaminadas a mejorar y garantizar la sostenibilidad de los recursos propios.