El Morell es un municipio de la comarca del Tarragonès situada en medio de un triángulo fundamental en cuyos vértices se encuentran Tarragona, Reus y Valls. Además, comparte con otras poblaciones la vecindad con la industria química con la que son amigos y críticos a la vez. Con un censo de unas 3.700 almas, El Morell está encarando un final de legislatura cargado de proyectos comenzados que finalizarán en los próximos años y otros ya terminados pensados para facilitar la vida de las personas.
Eloi Calbet, alcalde de El Morell, habla de todas estas cuestiones en esta entrevista para La Ciutat.
Ser el sucesor de un alcalde histórico como es Pere Guinovart, que fue alcalde de El Morell durante 27 años, no debe ser nada fácil...
No, no lo es. Tomar el relevo siempre es una responsabilidad pero además, también he tomado la carga simbólica de un alcalde con tanta trayectoria. Yo había sido concejal hasta 2019 y Teniente de Alcalde con Pere Guinovart y al final nos propusimos asumir la responsabilidad de encabezar la lista.
Cuando comenzamos la legislatura, creímos que debíamos seguir una línea heredada de la política que había hecho Pere Guinovart, enfocada a la expansión a nivel municipal y el crecimiento pensando, sobre todo, en el bienestar de las personas. Teníamos claro que queríamos dotar al municipio de todas aquellas necesidades que hacían falta.
Entonces, nos trasladamos a 2019 cuando aún no sabíamos qué era una pandemia, que vendría una crisis de precios provocada por la guerra de Ucrania y por tanto, tendríamos que movernos en un contexto muy diferente al habitual. Aún así, hemos procurado ponernos muy al día en temas que estaban iniciados, otros los hemos comenzado de cero, y lo que teníamos muy claro era que había que trabajar por las personas.
¿Cómo habéis gestionado en El Morell la crisis provocada por la Covid?
No hacía ni un año que estábamos en el gobierno cuando empezó todo. Recuerdo que el Carnaval de 2020 fue el último acto público que hicimos. El cambio de rumbo que fue necesario tomar fue brutal y truncó todas las previsiones que teníamos con respecto a la actividad normal de cualquier Ayuntamiento.
A la hora de la verdad la puerta del ayuntamiento siempre es la primera a la que la gente llamamos buscando respuesta cuando pasan cosas. ¿La habéis podido dar esta respuesta?
Creo que sí. Lo primero fue atender la emergencia sanitaria. En El Morell tenemos centros educativos de titularidad municipal, como la Escuela Infantil, la Escuela de Música, un Centro de Día con personas mayores... Por lo tanto, intentamos organizarnos con la información que teníamos, ponernos al día con aquellas directrices difusas y en todo lo que había que ir haciendo.
Rápidamente activamos dos campañas de ayuda directa a las familias para hacer frente a gastos generales, una de ellas centrada en una doble vertiente porque de rebote beneficiaba al comercio local. Era dinero que dábamos a las familias en una tarjeta monedero para gastarlos sólo en el municipio. Era una subvención abierta a todo el mundo para financiar el gasto corriente de las familias y por otra parte, ayudar al comercio local con esta campaña.
Siempre estamos en contacto y en diálogo permanente con la Asociación de Comerciantes del municipio para procurar ayudarles, avanzando subvenciones a los comercios afectados por el cierre, a pequeñas medianas empresas, restauradores... Fue muy bien porque encontramos que era una forma de ayudar a mover los negocios de casa.
Hay una constante que dice que aunque haya habido un parón fuerte, los ayuntamientos no dejan de hacer lo que haga falta y a menudo han multiplicado su actividad en la gestión del día a día.
Sí, hemos cumplido los objetivos pero también hemos hecho otras cosas que no son visibles, como dar musculatura al Ayuntamiento, y con una plantilla de 110 trabajadores, no somos un ayuntamiento ordinario.
La industria química hace que tengamos un presupuesto por encima de lo que nos correspondería por el número de habitantes, pero por los servicios que ofrecemos nos asimilamos a un municipio mediano más que a uno pequeño.
Cuando hablamos de proyectos a nivel de Ayuntamiento lo más visible suelen ser las calles, las plazas y la limpieza. ¿Cómo lo tenéis en El Morell?
Somos un equipo de gobierno que nos hemos dado prioridades. Lo primero que hicimos fue dar la musculatura administrativa de la que hablábamos centrándonos también en objetivos futuros. Un buen ejemplo son los proyectos urbanísticos. Sabemos que la planificación urbanística en este país es un proceso muy lento y había que ponerse en marcha desde el principio con modificaciones puntuales de planeamiento que nos permitan sacar adelante el desarrollo en terrenos de gran industria.
También un plan de aceras para mejorar la imagen de las aceras del municipio adaptando aquellos puntos que aún están pendientes y que a lo largo de 2022 también integraremos con el plan de reducción de las barreras arquitectónicas. Todo esto está en marcha. El proyecto se inició en 2020, se empezó a poner en práctica en 2021 y en 2022 se seguirá trabajando en esta línea, porque está funcionando muy bien.
Estas sí que son obras visibles para la ciudadanía. ¿Alguna más a nivel urbanístico?
Sí, quiero destacar dos obras muy importantes que son el tramo bajo y el tramo alto de la Rambla, arreglados de punta a punta con una inversión de 1.5 millones de euros.
Queremos hacer también un Plan de Asfalto para reasfaltar algunas calles, en especial la calle Sant Isidre. Todo esto son obras que hacen falta y es importante que estén bien porque facilitan el día a día.
Un aspecto importante de vuestra gestión es el Plan de Empleo del Ayuntamiento. ¿Qué puedes explicar?
En plena pandemia subvencionamos a las familias, pero lo que es realmente importante es proporcionar trabajo a las personas y por tanto, hemos sacado adelante el primer Plan de Empleo de la historia de El Morell. Este plan ha tenido 2 turnos de 6 meses cada uno, con 10 personas en cada turno.
Hemos dado trabajo a 20 personas que no lo tenían, durante 6 meses. Esto no se había hecho nunca y me siento muy orgulloso porque hemos dado trabajo que sirve a la ciudadanía. Si tenemos una plantilla de brigada de 10 personas más, El Morell está más limpio, da más gusto y de rebote damos trabajo a aquellas personas que quizás hacía tiempo que no trabajaban y que ahora tienen la oportunidad de insertarse en el mercado laboral. Creo que esto es muy importante.
El Morell es uno de los municipios de Cataluña y quizás del Estado español con más potencial de desarrollo de gran industria, diferente de la que tenemos actualmente, porque las industrias deben ser de economía circular, con límites de emisiones más regulados y un impacto menor en la población.
Hemos visibilizado y estamos trabajando para conseguir la Ecoplanta de la que se habla a menudo. Es una inversión de 400 millones de euros que cuenta con la financiación de 106 millones de la Unión Europea con los fondos Next Generation.
Por lo tanto, estamos trabajando de forma transversal en la imagen del pueblo, en dar trabajo y en mantener aquellas cosas que realmente motivan.
En cuanto a la transición energética y la política ecológica, ¿qué está haciendo el Ayuntamiento de El Morell?
Desde el inicio de la legislatura hemos hecho una inversión de 20.000 euros para cambiar las luces de la vía pública a led, así como las luces de los equipamientos.
Vamos haciendo esta transición y progresando en este aspecto.
Actualmente estamos trabajando en un plan singular para un municipio como el nuestro, que es un estudio energético de todos los equipamientos municipales y las infraestructuras de titularidad municipal. Este estudio energético nos dice cuáles son los gastos hora a hora, qué es lo que hace que haya más o menos consumo en un equipamiento por franjas horarias, por días de la semana y cuáles son los equipos que consumen más electricidad. Servirá para identificar el gasto y hacer un consumo más racional. Este plan también contiene un estudio de instalación de placas solares en los diferentes equipamientos y nos permitirá definir por dónde avanzamos.
Por ejemplo, si llenáramos la cubierta del pabellón de placas solares, la electricidad generada alimentaría al propio pabellón, la Escuela Municipal, el campo de fútbol y la Guardería. Es muchísimo y representaría un fuerte ahorro de costes y energético en materia climatológica. Por lo tanto, estamos en proceso de hacer este plan para aplicarlo poco a poco.
A nivel de pueblo, ¿la reactivación económica va ligada a la reactivación cultural?
Es que nosotros no hemos parado de hacer fiestas mayores y no hemos dejado de tener una programación estable en el Teatro-Auditorio, ni que sea con unas condiciones que nos han complicado, pero hemos intentado hacer lo que haríamos con normalidad y las entidades también han ido trabajando.
En El Morell sois ricos en este aspecto, con una vida asociativa y vecinal y una actividad muy intensa?
El Morell somos, en palabras de Pere Guinovart, la capital interior del Camp de Tarragona. Estamos en medio del eje Tarragona-Reus-Valls.
El Morell no tiene una trayectoria histórica ni grandes edificios emblemáticos, pero tenemos una vida muy activa. Disponemos de todos los servicios que la ciudadanía necesita, hemos sido aglutinadores, durante muchos años, de servicios incluso provinciales que han sido referencia y han acabado instalándose en nuestro municipio.
Y aparte, el mercado del sábado que es una de aquellas cosas de pueblo digna de ver. Habitualmente los pueblos hacen los mercados entre semana pero en El Morell lo hacemos el sábado y por tanto, el sábado es una fiesta. Entre que juegan al fútbol, los del baloncesto, el mercado a tope, las tiendas a rebosar... da gusto. Y además, si lo mezclamos con un fin de semana que tengamos alguna actividad cultural, con gente que viene de fuera, visitar El Morell es un gusto. Somos referentes en conciertos de fiesta mayor, porque somos aglutinadores y porque la gente de El Morell es muy buena gente. Tenemos una sociedad movilizada, comercio, restauración y todos juntos haciendo un buen trabajo por el bien común de nuestro municipio.