Elisa Vedrina (concejala de Deportes): "Los compromisos económicos con los clubes tienen caducidad"

En marzo de 2017 Elisa Vedrina tomó posesión del cargo de concejala del Partido Popular tras la muerte repentina de Marbel Negueruela. Vedrina se hizo cargo entonces de sus mismas responsabilidades, en el área de Deportes del Ayuntamiento de Tarragona. Hablamos con ella sobre su primer año en el consistorio y también sobre el proyecto deportivo estrella del mandato: los Juegos Mediterráneos. -¿Qué balance hace del primer año de concejala? -Podemos hacer dos tipos de balances, uno el balance personal: ha sido una experiencia, una bendición. Siempre he trabajado en el ámbito de la empresa privada y el hecho de conocer la administración pública desde dentro es una experiencia altamente recomendable. A veces comentamos que debería ser obligatorio conocer el funcionamiento de la administración pública porque yo creo que facilitaría las cosas a los ciudadanos para ejercer correctamente la ciudadanía. A nivel personal plenamente enriquecedor. Primero porque me ha permitido aprender el funcionamiento de un ayuntamiento, desde nociones de derecho administrativo, recursos humanos, departamentos de la administración... También me ha permitido estar en contacto con muchos colectivos, personas con diferentes intereses, asociaciones de vecinos, entidades deportivas. Pienso que para mis hijos es tremendamente positivo porque son conscientes de que hay una dimensión pública que requiere un cuidado especial porque estamos gestionando patrimonio que es de todos. A nivel de la concejalía pienso que también es muy positivo porque mi predecesora dejó un camino muy abierto y hemos continuado el legado de Marbel. Por lo que me dicen los técnicos, en un año hemos conseguido desde el Patronato dar pasos muy potentes con vocación de continuidad en diferentes ámbitos. A destacar por un lado la difusión de la actividad física a través de programas por ejemplo de Juguemos a nadar, pero también una nueva base de subvenciones que ha sido aprobada por unanimidad. Los primeros pasos que son ya bastante consistentes en un nuevo modelo de gestión de los campos de fútbol, y luego en el día a día del Patronato de Deportes que gestiona recursos humanos y económicos importantes, que va dirigido a promover entre los ciudadanos de Tarragona y del territorio que la actividad física es algo positivo para su desarrollo personal. -Desde la consejería se elaboró un estudio sobre los campos de fútbol. ¿Cuáles son las novedades? -Hemos pasado de un modelo de gestión obsoleto a nuestro juicio, que era que los mismos clubes que tenían que utilizar las instalaciones para la práctica deportiva gestionaban aquellos equipamientos que son municipales, y entonces queremos pasar a otro modelo que es que los campos de fútbol pasen a formar parte de la gestión ordinaria del Ayuntamiento. La prioridad es garantizar la práctica del deporte base y amateur. Ahora hemos encargado un estudio para saber en qué estado están los campos de fútbol, que se construyeron todos a la vez hace aproximadamente diez años y durante este tiempo el mantenimiento ha sido el correcto, pero la normativa cambia. Esta es la segunda pata. La primera es una cesión de uso para acabar siendo de gestión municipal, la segunda es ver cómo están estos campos de fútbol para buscar la financiación para ir poniéndolos al día para que sea el patronato quien asuma esta gestión, y la tercera pata sería política de subvenciones. La idea de esta concejalía y creo que de todos los grupos municipales es que las subvenciones vayan más a fomentar el deporte familiar, social, el deporte base... Entonces, aunque haya unos compromisos concretos con determinadas entidades y que son económicamente muy poderosos estos compromisos también tienen una fecha de caducidad y a partir de aquí se trata de que esta política de subvenciones nos acoja para repartir estos fondos entre los clubes de la ciudad de una manera más generosa y no tan concentrado en algunos. -¿Cómo cree que influirán los Juegos en la práctica deportiva de la ciudad? -Yo creo que un evento de esta categoría debe tener un impacto en la ciudadanía. Primero porque el legado de las instalaciones facilitará que haya más instalaciones y de mejor calidad, y esto hace que más ciudadanos se puedan animar a practicar el deporte. Pero por otra parte creo que una vez pasen los Juegos el Patronato de Deportes deberá recibir la tarea de gestionar el legado de la comprensión por parte de la ciudadanía de lo importante que es para el desarrollo personal la práctica del deporte y de la actividad física. No deja de ser ilusionante que tengamos que gestionar también esta ilusión. -El plan cultural de los Juegos ha pasado por Prats, por Floria, por Martín, y ahora se le han cedido las competencias. ¿Cómo ha sido la elaboración de este proyecto? -La presentación oficial fue el 19 de abril, con lo cual lo damos prácticamente por cerrado, quizás se haga alguna pequeña modificación. Es un programa que está previsto que dure seis meses y el 19 de octubre está previsto un concierto de clausura. Yo quisiera destacar que es un gran programa cultural muy potente y enriquecedor. Es cierto que ha pasado por diferentes manos, pero a mí me gustaría destacar que mi tarea ha sido facilitar que la ciudad y el territorio pudiera disfrutar de una programación cultural que estuviera a la altura del evento deportivo. Han sido diferentes manos pero un solo espíritu, un trabajo en equipo. -¿El hilo común son las diferentes corrientes del mar mediterráneo? -Sí, esta es un poco la fuente de inspiración de los diferentes actos. Diferentes corrientes de teatro, música, gastronomía, cultura popular... Siempre enfocado en el mediterráneo. -¿Qué se espera de este plan? -Como de cualquier plan cultural, lo primero que esperamos por un lado es que contribuya al desarrollo personal armónico de cada ciudadano. Al final la cultura no deja de ser por un lado aquello que nos une con los de al lado, por otra parte aquello que nos distingue de culturas vecinas, y que nos lleva a enriquecernos, primero a nivel personal y luego como colectivo. ¿Qué esperamos? Quizás yo sea muy ambiciosa, creo que no, una persona que asiste a un espectáculo como Calígula o Edipo Rey antes y después de asistir al espectáculo, cuando este espectáculo tiene una categoría como la que puede tener la compañía de teatro clásico de Mérida, al final la persona que entra y la persona que sale no es la misma. Y ordinariamente será mejor persona porque habrá recibido una formación y una sensibilidad para temas artísticos, y esto es lo que se espera de un programa cultural. Hay diversidad para que quien quiera teatro clásico lo pueda encontrar, pero quien quiera un concurso de castells, que también es una manifestación cultural muy potente, pues pueda tener también esta experiencia cultural, catártica casi como decían los griegos. Esperamos que al final la ciudadanía sea más rica, más libre y que contribuya con ello a hacer una sociedad mejor. -¿Cree que el aplazamiento de los Juegos ha podido generar desilusión? -Honestamente, posponer los Juegos no fue una buena noticia. No podemos negar la evidencia de que se haya podido sentir desilusión o desencanto. También es verdad que nos ha permitido tener un año más para prepararlos. Yo siempre pienso en los Juegos como cuando hay una fiesta familiar, una boda, una graduación... Posponer una fiesta cuando la tenías prevista no es agradable pero luego piensas que quizás ha salido mejor, que al final pudo venir más gente, otras personas se han podido preparar, nos dio más tiempo a que todo estuviera más ligado... Por lo cual esperamos que esta desilusión que provocó aquella decisión acabe haciendo que la gente diga que valió la pena. -¿Qué provecho se puede sacar de las instalaciones? -En este momento esto aún se tiene que definir. Yo como concejala de Deportes espero que estas instalaciones redunden en una mejor práctica deportiva para los ciudadanos de Tarragona. Nos gustaría que esta mayor implicación esté capitaneada por el Patronato municipal de deportes. Pero no podemos negar que estas instalaciones puedan ser gestionadas para que haya un rendimiento económico, siempre y cuando este rendimiento económico no sea la principal causa que lo mueva.