El contexto actual enfoca la acción política hacia dos direcciones. Por un lado, existe la necesidad de reforzar estructuras como la Unión Europea, indispensable para poder enfrentarse contra gigantes tecnológicos, legislar de manera conjunta en ámbitos que afectan a todos los estados miembros y afrontar juntos cuestiones como el cambio climático. Paralelamente, cada vez se valora más que las decisiones políticas se tomen cerca del foco del conflicto. Es decir, que los mismos afectados tengan palabra y poder decisorio en las cuestiones que les conciernen.
El mundo municipal es uno de los principales abanderados de esta "política cercana" tan reivindicada. Sin embargo, las localidades por sí solas tienen poco peso en una negociación con el Estado o la Generalitat. Además, la misma realidad social de estos municipios hace que algunos de sus principales problemas como la movilidad o la gestión de residuos superen el ámbito municipal, pero a la vez les quede demasiado lejos el autonómico o incluso el provincial.
Este mandato puede ser clave para desplegar dos proyectos eternamente reivindicados y que buscan hacer escuchar la voz de dos territorios olvidados. El primero es el Área Metropolitana de Tarragona, que sería la segunda más grande del país. El pasado mes de diciembre se puso en marcha su Grupo Impulsor que estará conformado por 11 miembros bajo el liderazgo de la misma Diputación de Tarragona.
El proyecto, impulsado por los alcaldes de Tarragona y Reus, incluye en este grupo a los alcaldes de estas dos ciudades y los de Salou, Vila-seca, la Canonja, Constantí, Valls y Cambrils. Junto con ellos, también se añaden los presidentes de los consejos comarcales del Baix Camp y el Tarragonès, que tienen municipios ligados a las dos capitales, y la Generalitat, ya que se espera tocar temas de su competencia.
A partir de este año comenzarán a trabajar en diversas comisiones para ver en qué ámbitos se quiere adentrar esta área metropolitana. Aparte, también se deberá acabar de encuadrar qué municipios acaba abrazando esta área metropolitana, que podría ir desde Cambrils hasta Torredembarra. “Ahora hay municipios que deben estar imprescindiblemente, pero no quiere decir que sean todos los que pueden llegar a ser. Será un organismo vivo y, en función de qué criterio tengamos en cuenta, podrá tener más o menos extensión”, remarca la presidenta de la Diputación, Noemí Llauradó.
Sus impulsores esperan que el intento no fracase, como ya ha pasado anteriormente, y les permita tener voz en aspectos indispensables para funcionar como una gran ciudad. Por ejemplo, la movilidad será clave dentro de los debates, ya que se espera la llegada del TramCamp en los próximos años y en 2027 caducan las concesiones de los buses interurbanos.
Aunque en un principio no crearán ningún tipo de estructura, la intención es acabar formando algún tipo de ente a medio o largo plazo. Este aún no tiene un modelo marcado y no deberá encaminarse solo a mancomunar servicios, sino también a "mutualizar recursos".
El Penedès dice la suya
Otro proyecto que busca aprovechar las sinergias entre municipios es el que han escenificado los alcaldes de El Vendrell, Vilanova i la Geltrú, Vilafranca del Penedès e Igualada. La reunión entre los cuatro alcaldes busca establecer las bases de colaboración en la construcción administrativa y social de la Veguería del Penedès, otra reivindicación eterna del territorio. Esta veguería se aprobó en 2017 en el Parlamento de Cataluña y en 2022 se acordó con la Generalitat su despliegue administrativo. Dentro quedarían las comarcas del Baix Penedès, el Alt Penedès, el Garraf y la Anoia.
En su caso, la iniciativa tiene características diferentes a las del área metropolitana. Los principales acuerdos de la reunión iban enfocados a reclamar a la Generalitat el despliegue total de la veguería y fortalecer las relaciones entre las cuatro comarcas para defender conjuntamente sus reivindicaciones. De momento, este 2024 se espera que sea el año en que se apruebe definitivamente el Plan territorial del Penedès, que abarca 72 municipios y unos 480.000 habitantes.