Coincidiendo con el día oficial del inicio de la fiesta mayor de Santa Tecla, momentos después del Pregón y de la primera tronada, ha tenido lugar la presentación de los nuevos trajes del Ball de Diables de Tarragona, con motivo del 40 aniversario de su recuperación. El acto se ha celebrado delante del Hospital de Santa Tecla, en una Rambla Vella llena de ciudadanos curiosos por conocer los nuevos trajes.
La escultura de Santa Tecla que se encuentra en la fachada del hospital, iluminada especialmente para la ocasión de color verde -color con el que se identifica el Ball de Diables- se ha convertido en la principal testigo de este estreno, que se ha iniciado con una encendida de los diablos aún con los trajes que han lucido los últimos 10 años, y a continuación han hecho aparición los diablos ya con los nuevos trajes, que han realizado también una nueva encendida.
Esta presentación es el punto culminante de meses de trabajo, casi un año. Los primeros pasos de este proyecto se iniciaron justo al finalizar la pasada Santa Tecla: una comisión de trabajo asignó al reconocido ilustrador Edu Polo el encargo de diseñar los nuevos trajes, siguiendo la tradición de la entidad de renovarlos cada diez años.
Una vez aprobado el diseño, la tarea de confeccionarlos recayó en la modista especializada en trabajar telas para grupos de fuego, Olívia Cros. Una vez ya estaban cosidos, volvieron a las manos de Edu Polo, que pintó a mano todos y cada uno de los trajes que conforman los grupos de los Diables y de los Diables Infantils, además de los personajes de Lucifer y Diablessa. Una de las principales características de este nuevo vestuario es que las ilustraciones que encontramos en cada traje son únicas y diferentes entre ellas, a diferencia de los anteriores tres juegos de vestuario que han formado parte de los 40 años de historia de la entidad, en los que todos los trajes eran iguales.
Este proyecto de renovación del vestuario ha sido posible gracias a la colaboración de Repsol, patrocinador principal de este 40 aniversario, y con quien el Ball de Diables ha mantenido durante su trayectoria una constante y cercana relación. De hecho, justamente fruto de la colaboración de Repsol fue posible, hace 25 años, la aparición de los Diables Infantils, hecho que representó el nacimiento de la Santa Tecla Petita, que hoy está plenamente integrada en la secuencia ritual de la fiesta mayor tarraconina. Además del apoyo de Repsol, la renovación del vestuario ha contado también con el apoyo de una suscripción popular, mediante una plataforma de micromecenazgo, que ha permitido completar la financiación necesaria.
Según explica el diseñador, Edu Polo, “los nuevos trajes del Ball de Diables intentan crear una propuesta fresca e innovadora, tomando como materia prima el legado de los balls de diables tradicionales del Camp de Tarragona y el Penedès”. “El nuevo traje adopta una casaca corta a imagen de algunas de las casacas más antiguas conservadas (de origen reusense), y unos pantalones anchos y acampanados que le dan dinamismo y vuelo al diablo al bailar”, añade.
El Ball de Diables actual había seguido desde su recuperación en los años 80 el modelo de vestuario penedesenc, que se caracteriza, entre otros, por una homogeneidad en la imagen de todos los diablos y por tener unos trajes pintados a base de trazos de pincel. Por el contrario, el modelo del Camp (que hoy aún persiste en Reus, les Borges o Alforja, y que también se tiene constancia de que fue el modelo que existía en Tarragona históricamente) se define por tener unos trajes totalmente diferentes entre ellos, con el denominador común de las composiciones geométricas cosidas sobre un traje color crudo. En la nueva propuesta plástica se busca hermanar las dos tradiciones haciéndolas valer como un legado que lleva a la espalda el hecho diabólico tarraconense.
Los trajes son similares desde la distancia, pero a la vez marcadamente diferentes vistos de cerca, con el color verde de la entidad como hilo conductor. “El objetivo de la creatividad ha sido rehuir la imagen del Ball de Diables como un elemento tenebroso, oscuro y estereotipado. Se ha buscando relacionarlo, en cambio, con la explosión de vida desenfrenada que representa la figura del Diablo tradicional: la lujuria, la grosería, la ironía, la crítica ácida, la euforia o el desenfreno son valores que encarnan las tropas infernales de diablos, y todo esto pide mucho más que cuatro llamas pintadas o que colores negros y rojos. Todo esto quiere colores y vitalidad, y una propuesta suficientemente abierta y abstracta para hacer del diablo un ser complejo, difícil de encasillar en tópicos”, asegura el diseñador.
Como contrapunto, aparecen los personajes de Lucifer y Diablessa, vestidos de rosa y verde como roles diferenciados dentro del ecosistema que forman con los diablos y con el arcángel San Miguel (hecho que ya aparece en los balls históricos de Sant Quintí de Mediona o Igualada). “Estos colores son un tributo a los trajes con los que la entidad se presentó en el panorama festivo catalán en los años 80, una combinación de colores que dejó una fuerte huella entre los diablos que lo vivieron y que ahora vuelve a las calles reinterpretados”, explica Polo.
A partir de ahora, festeros y festeras podrán disfrutar de los nuevos trajes de los diablos, que son los encargados de encabezar el Seguici Popular de Tarragona en sus fechas tradicionales, así como también en los correfocs propios y de todas partes.
