El alcalde Viñuales, muy descontento por la situación de la limpieza en Tarragona

13 de diciembre de 2023 a las 16:13h

La situación de la limpieza se mantiene como tema de debate en Tarragona. Después de los obstáculos para adjudicar el nuevo contrato de limpieza durante el pasado mandato, parece que la tramitación podrá seguir su curso. Sin embargo, el período hasta que haya un nuevo servicio está lastrando la limpieza en la ciudad y Sant Magí ha sido el último ejemplo de un verano que ha sido víctima de los problemas de saneamiento. De hecho, el mismo alcalde Rubén Viñuales se ha mostrado muy molesto y preocupado por el estado de la limpieza y, aunque la situación de la contrata les deja poco margen, ha pedido a sus consejeros que se pongan las pilas para paliarlo.

El contexto ha provocado críticas por parte de la oposición, ya sea a través de declaraciones a los medios o de las quejas con cuentas afines en las redes sociales. El primer grupo de la oposición, Esquerra Republicana, ha pedido "sancionar" a la empresa adjudicataria por los "incumplimientos". El Ayuntamiento, sin embargo, asegura que los técnicos no perciben ningún tipo de incumplimiento y, en caso de que sea así, "no les temblará el pulso" y se tomarán las medidas que correspondan.

 

 La tormenta perfecta

El estado del contrato es uno de los principales ejes que dificultan la limpieza de Tarragona durante estos días y la gran diferencia respecto al verano pasado. Tal y como relatan, las máquinas limpiadoras están fuera de su vida útil, ya que ésta es de unos 10 años y el actual contrato duplica este intervalo de tiempo. Esto provoca que haya reiteradas averías que obligan a planificar el servicio constantemente y a pagarlas. Además, el servicio actual supone un sobrecoste de 1,5 millones de euros mensuales, que obliga a tener unos servicios mínimos por la delicada situación económica del Ayuntamiento. "A cualquier gobierno le pasaría exactamente lo mismo, Tarragona estaría sucia igualmente porque estamos en una fórmula de 'continuidad en el servicio'", recalca el ente municipal.

Aparte de esto, el anterior contrato planteaba la misma limpieza tanto en febrero como en agosto. Un servicio que no se ajusta a la realidad, dado que en los meses de julio y agosto la ciudad acoge a un gran número de turistas, la gente hace vida en la calle y la basura huele más. Este hecho se resolverá con el nuevo contrato, que prevé un refuerzo en las épocas del año más concurridas. Sin embargo, fuentes del Ayuntamiento señalan las actitudes incívicas como una traba para tener limpia Tarragona y consideran que la apertura de los contenedores con tarjeta ha sido "un acierto" para evitar una imagen aún peor.

 

Ahora bien, el contrato no es el único elemento que provoca esta tormenta perfecta. El decreto de sequía obligó a dejar de utilizar el agua para limpiar durante estos meses y no ha sido hasta hace dos semanas cuando se ha retomado esta práctica. Un hecho relevante en una ciudad como Tarragona, donde las lluvias -siempre escasas- no han sido nunca un aliado para tener limpias las calles. A esto, se le suma el problema endémico con las palomas, tema que estuvo presente incluso en campaña electoral y que ya se trabaja en coordinación con el Puerto.

Aunque el contexto es complicado, el Ayuntamiento asegura que están intentando limpiar con más agua -ahora que pueden- y esperan que la próxima implementación del pam a pam también sea una medida para controlar la suciedad. De todos modos, el hecho de que quedara desierto el contrato durante el pasado mandato y los cambios que se han tenido que producir obligarán a tener una situación difícil durante el próximo año y medio, hasta que el nuevo contrato se ponga en marcha.

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Adrià Miró
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