La dieta mediterránea, bajo la lupa: La URV encuentra deficiencias en una vitamina clave para la salud

Aunque tradicionalmente se ha considerado que la dieta mediterránea cubre las necesidades vitamínicas de la población, el estudio de la URV pone en duda esta idea

06 de noviembre de 2025 a las 20:57h
Actualizado: 06 de noviembre de 2025 a las 21:33h

La dieta mediterránea, a menudo puesta como modelo de nutrición equilibrada, podría no garantizar una ingesta suficiente de vitaminas esenciales como el folato (vitamina B9). Así lo concluye una investigación de la Universitat Rovira i Virgili (URV), que ha analizado los hábitos alimentarios y los niveles de vitaminas en la sangre de cerca de 740 personas de la provincia de Tarragona. Los resultados han abierto la puerta a un debate que hasta ahora parecía lejano: ¿sería necesario fortificar alimentos básicos como la harina con ácido fólico, como ya hacen más de 60 países en todo el mundo?

Según el estudio, publicado por el equipo de la investigadora Michelle Murphy, del Departamento de Ciencias Médicas Básicas de la URV, solo un 17,5% de los participantes seguían de manera estricta la dieta mediterránea. Aun así, incluso dentro de este grupo “saludable”, un 15% no consumía suficiente folato y casi un 9% presentaba niveles por debajo de los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Entre aquellos con una baja adherencia a la dieta, la situación era mucho más grave: siete de cada diez personas no ingerían suficiente vitamina B9 y más de un 25% presentaban deficiencias en sangre

El folato es un micronutriente esencial para procesos como la formación del material genético, la división celular o el desarrollo fetal. Su falta puede causar anemias, alteraciones cognitivas y, en mujeres embarazadas, malformaciones graves en el feto como la espina bífida. Por este motivo, la OMS recomienda que las mujeres gestantes o que planifiquen un embarazo complementen su alimentación con ácido fólico.

Aunque tradicionalmente se ha considerado que la dieta mediterránea cubre las necesidades vitamínicas de la población, el estudio de la URV pone en duda esta idea. “Nuestros resultados muestran que, a pesar de seguir una dieta equilibrada, no siempre se alcanzan los niveles óptimos de folato. Esto sugiere que la población general podría estar más expuesta a déficits de lo que se pensaba”, explica Murphy.

El equipo investigador considera que habría que abrir el debate sobre la fortificación vitamínica en alimentos de uso cotidiano, como la harina, el pan o los cereales, una medida que ya es obligatoria en países como los Estados Unidos o Canadá desde finales de los noventa. “Es una cuestión de salud pública: si podemos evitar patologías graves con una actuación preventiva tan sencilla, vale la pena estudiarla seriamente”, argumenta Murphy.

A pesar de ello, los autores matizan que antes de plantear una política de fortificación generalizada es necesario disponer de más datos sobre la dieta y la asimilación de vitaminas en la población mediterránea actual. También defienden la necesidad de promover campañas de educación nutricional y políticas que incentiven el consumo de alimentos frescos y variados.

En definitiva, el trabajo de la URV desmonta el mito de que la dieta mediterránea es, por sí sola, suficiente para garantizar un estado nutricional óptimo, e invita a repensar estrategias de salud pública que aseguren que toda la población —y especialmente las mujeres en edad fértil— dispongan de los niveles adecuados de vitaminas esenciales como el folato y la B6.

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Maria Lorenzo
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