La actuación del cómico Juan Dávila, que llegará a la Tarraco Arena Plaza el 18 de julio de 2026 con su espectáculo 'El palacio del pecado', ha traído mucha polémica a la ciudad de Tarragona.
La fiebre por conseguir una entrada fue tal que se agotaron en poco más de cinco minutos, después de activarse la venta el pasado viernes 31 de octubre a las 12 h. Muchos tarraconenses se quedaron sin entrada, ya que la artista solo había anunciado la fecha un día antes y el enlace de compra se publicó exclusivamente en las ‘stories’ de Instagram.
Poco después, sin embargo, la reventa de las entradas para su 'show' comenzó a ganar terreno en Internet y los precios empezaron a subir, pasando de los 40 € del precio original a los 120 € que cuesta en los portales no oficiales. El propio Juan Dávila se ha hecho eco de la noticia publicada en 'La Ciutat' informando sobre su 'sold out' y la proliferación de la reventa.
En un post en Instagram, haciendo captura de la noticia publicada en 'La Ciutat', el cómico ha pedido a sus seguidores que no compren entradas a la reventa porque "hay mucha gente estafada". "No compréis reventa, por favor, que hay gente que va hasta allí y se queda sin entrada después de haber cogido hotel y entrada", ha asegurado.
A pesar de todo, ha querido agradecer el éxito de la convocatoria y a todos aquellos y aquellas que han conseguido su entrada, en este caso sí, para disfrutarla ellos mismos. Muchos tarraconenses que se quedaron sin entrada ya han pedido al cómico que ponga más fechas en la zona para poder tener más oportunidades para verle en directo.
Algunos, incluso, han pedido que vuelva la venta de entradas nominativas para evitar la especulación y la reventa, pero el cómico ha respondido que ya se ha intentado alguna vez y que, a pesar de ello, la reventa ha continuado.
Juan Dávila, un cómico sin pelos en la lengua
El cómico, uno de los artistas humorísticos más virales de las redes sociales, se ha convertido en un fenómeno por su humor negro y sin pelos en la lengua. Sus espectáculos destacan especialmente por la relación que establece con algunos de los asistentes del público, a los que hace partícipes del programa, explicando sus experiencias.
De hecho, el humorista acostumbra a reír y hacer humor de las desgracias de su público, un hecho que lo ha distinguido en el ámbito de los espectáculos humorísticos en directo en el país.