Entre las diversas mociones que se han presentado hoy en el Pleno del Ayuntamiento de Tarragona, hay una que ha creado cierto revuelo y rechazo, tanto por su contenido como por la defensa del portavoz de VOX. De hecho, ha sido la única de todas las mociones que no ha podido salir adelante y solo ha recogido el apoyo del PP.
La moción tenía como objetivo "rechazar la discriminación lingüística de la lengua española en Cataluña. El texto señalaba un supuesto agravio del castellano en las administraciones públicas y, pedía, entre otras cosas, que todo el nomenclátor que se incorporara fuera en los dos idiomas. Es decir, que si cambiaban el nombre de una plaza saliera en ambos idiomas.
Para colmo de males, Francisco Javier Gómez ha utilizado una surrealista comparación entre las dos lenguas y unos posibles hijos, a los que bautizaba como 'Catalanita' y 'Castellanito'. "Imaginen que solo dejamos expresarse a Castellanito una hora al día", ha remarcado en una de las múltiples equiparaciones.
El discurso no ha dejado a nadie indiferente, tanto asesores como consejeros, que ponían caras de circunstancias. El alcalde Viñuales ha tomado la palabra para destacar que la comparación era desafortunada y para defender que el castellano no está amenazado en Cataluña. Por su parte, Jordi Collado (ECP) ha reivindicado que es "hijo de la inmersión lingüística" y ha advertido del problema que puede suponer este tipo de "propuestas incendiarias". Maria Roig (ERC) también ha destacado que el castellano "no está en peligro ni discriminado" y ha querido poner en valor a los autores en lengua castellana perseguidos por el franquismo.
Sandra Ramos (PSC) ha negado el conflicto entre el catalán y el castellano y ha asegurado que se debería defender el catalán porque "lo habla menos gente y forma parte de nuestra riqueza". Por otro lado, Jordi Sendra (Junts) considera que VOX ha traído esta moción en contraposición de la de los juntaires para defender el catalán y ha asegurado que esta es la única lengua que está en peligro.
