La embarcación histórica Teresa ya se encuentra en el varadero del puerto de Cambrils para realizar los trabajos de mantenimiento, después de que el viernes pasado se detectara la presencia de agua en su interior.
La operación para trasladar esta barca de pesca de madera hasta el varadero ha sido más compleja de lo que se había previsto inicialmente, ya que ha sido necesario elevar el casco con una grúa de gran tonelaje y extraer el agua con potentes autobombas.
La semana pasada se intentó vaciar el agua, pero, al estar medio hundida, seguía entrando. Como no había suficiente calado, también se tuvo que descartar el transporte de la barca con ayuda de boyas.
Finalmente, después de obtener todos los permisos de Capitanía Marítima y Puertos de la Generalitat, ayer jueves se elevó con la grúa con mucho cuidado para no dañar la estructura de madera. Una vez vaciada, y comprobando que no tenía ninguna vía de agua importante, la Teresa se pudo desplazar remolcada navegando hasta el varadero.
De momento, según una primera evaluación, los daños son menos graves de lo que se había apuntado el viernes. Así pues, la embarcación necesitará algunas reparaciones de mantenimiento, habituales por las características de construcción con madera de la época, pero se conserva la integridad de la estructura.
Los trabajos para trasladar la barca han ido a cargo de la empresa Sealand, contratada por el Museo de Historia de Cambrils, y han contado con la colaboración de la Policía Local de Cambrils, la unidad marítima y la unidad subacuática de los Mossos d'Esquadra, la Guardia Civil, el Club Náutico de Cambrils y Puertos de la Generalitat.
La Teresa forma parte del patrimonio mueble catalogado de Cataluña, ya que es una embarcación pública inscrita en el Museo de Historia de Cambrils con el número de inventario 5011. Fue localizada en el año 2005 en el Puerto de Vilanova i la Geltrú donde había pescado al arrastre hasta que su propietario Rafel Montoya, se acogió al programa europeo de renovación de la flota pesquera. El interés de la Teresa era evidente, ya que se trataba de una embarcación de trabajo construida en Cambrils antes de 1936 por el maestro de carpintería de ribera Julià Vives Castellví por encargo del pescador tarraconense Mariano García Budesca.
Una auténtica superviviente testimonio de los primeros años del Puerto de Cambrils y que ha mantenido las líneas del casco original de un quillado. Incluso, bajo cubierta, conserva un fragmento del árbol donde se aparejaba la vela mayor llamada candonga, además del foque a proa. Es un testimonio excepcional de la transición de la flota pesquera de vela latina a la motorización y sustitución por nuevas unidades inicialmente herederas de una tradición secular de construcción naval. En Cambrils, esta tradición de maestros de carpintería de ribera y calafates, hoy todavía está viva, pero los documentos nos dicen que se remontaría como mínimo al siglo XVIII.
El complejo proceso de convertir la Teresa en patrimonio flotante como extensión del Museo de Historia de Cambrils en el agua, es impulsado por el Ayuntamiento de Cambrils y ha contado con el apoyo del Club Náutico de Cambrils, el Museo Marítimo de Barcelona, el Centro de Estudios Marítimos del Puerto de Tarragona, la asociación Arjau Vela Latina de Cambrils, la Cofradía de Pescadores de Cambrils y Puertos de la Generalitat. La restauración del casco se inició en 2010 con la Escuela Taller de Cambrils IV y la Casa de Oficios de Cambrils.